En realidad, los bancos extranjeros fueron excluidos inicialmente del plan Paulson. Pero este fin de semana se largaban a presionar para que les permitiesen desprenderse de “activos tóxicos” en manos de sus filiales estadounidenses. En otras palabras, que el gobierno local pagase por sus malas apuestas como banqueros.<br />
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Henry Paulson mismo fomentaba esas gestiones. El lunes reiteró que pensaba ampliar las propuestas planteadas en sábado y domingo. Hablando con Fox News (Rupert Murdoch), sostuvo que “hay distinciones superficiales pero no básicas entre entidades nacionales y extranjeras”. Esto le valió severas criticas de la demócrata Nancy Pelosi (jefa de diputados), Barack Obama (candidato presidencial opositor) y hasta John McCain (su rival oficialista). <br />
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<p> Las perspectivas de no entrar en el salvataje alarmaban a los banqueros del exterior, pues sus filiales en EE.UU. también tienen paquetes apoyados en malas hipotecas, derivados inclusive. Los hay muy expuestos, como Union des Banques Suisses o el británico Barclay’s (que se ha comprado Lehman Brothers confiando en promesas de Paulson).<br />
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<p> El plan original preveía un salvataje oneroso para el estado por US$ 694.000 millones. Luego se agregaron al esquema 400.000 millones más un pedido añ congreso para llevar a US$ 11,315 billones el techo de deuda emitible sin respaldo (el PBI asciende a 13 billones). Paulson hizo lo posible para beneficiar a los bancos extranjeros, incluyendo una frase alusiva a “entidades con significativas operaciones en el país”.<br />
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<p> No obstante, ni el congreso ni algunos gobiernos de la Eurozona (Alemania, Francia en especial) parecían dispuestos a acompañar a Paulson ni a un George W.Bush desinflado. Por de pronto, legisladores de ambos partidos han comunicado su rechazo al Grupo de los 7. “Nadie llora por banqueros propios ni ajenos –señalaba el diputado republicano Scott Garrett, Nueva Jersey, menos con Paulson tratando de marginar al congreso”.</p>
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Fuera de EE.UU., algunos bancos querían entrar al frustrado rescate
Con el pretexto, inexacto, de que la crisis iniciada en Estados Unidos afecta al mundo, un grupo de bancos europeos pretendía subirse al vagón. Pero eso elevaría costos y chocaría con el renuente congreso norteamericano.