Chertoff, cuya especialidad es, justamente, el riesgo, establece una relación entre los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el huracán Katrina y la crisis financiera global de estos días. Las tres cosas, dice, son ejemplos de cómo no hay que manejar el riesgo.
Según explicó en una conferencia reciente organizada por la escuela de negocios Wharton, la administración de los riesgos está en el corazón de la misión del departamento que tiene a su cargo. En esa oportunidad dijo que hay áreas donde un poco de regulación puede reducir el riesgo en el mercado. El manejo del riesgo fue el primer objetivo que vio ante él cuando asumió su cargo cuatro años atrás, pues “se trata del problema social fundamental que afrontamos en el siglo 21”
"Nuestra misión es muy amplia, pues abarca desde prevenir y reducir la vulnerabilidad de la infraestructura – incluida nuestra cíber-infraestructura – y luego mitigar las consecuencias de los desastres fortaleciendo nuestra respuesta y capacidad de respuesta."
Al hacer un análisis de los ataques del 2001 y los diversos desastres naturales que ocurrieron durante su mandato – ya próximo a concluir – y hasta la actual crisis financiera, Chertoff admitió que su gobierno no manejó bien los riesgos.
Los ataques del 2001 no fueron, dijo, una total sorpresa. Los organismos de inteligencia sabían desde hacía años sobre las intenciones de Osama bin Laden porque lo habían relacionado con dos acciones terroristas: el primer ataque al World Trade Center de Nueva York en 1993, cuando un coche bomba detonó debajo de la torre 1; y el ataque al destructor USS Cole en el año 2000. "Informe tras informe llegaba sobre la necesidad de fortalecer nuestra seguridad interna Y con todo eso, no destinamos siquiera una fracción de la inversión que ahora invertimos en seguridad. “De manera que puede decirse que calculamos mal el riesgo."
En otro orden de cosas, los funcionarios del gobierno estadounidenses sabían que la magnitud del huracán Katrina podría destruir seriamente una ciudad, especialmente una ciudad grande bajo el nivel del mar. "Está claro que el gobierno en todos los niveles no invirtió para mantener la infraestructura necesaria para proteger Nueva Orleans.
Luego vino la crisis del crédito. La nación ahora sufre problemas financieros que, en alguna medida, eran previsibles desde los 90. “No logramos impedir ninguno de estos enormes desastres, tanto naturales como hechos por el hombre."
La respuesta oficial a cada uno de ellos fue posterior al hecho y costó más de lo que habría sido necesario si se hubiese prevenido o si al menos hubiese habido alguna preparación. Manejar el riesgo no es mirar hacia atrás algo que ya ocurrió, sino mirar hacia adelante e imaginar posibles desastres haciendo análisis de costo beneficio diseñados para impedir o reducir nuestra vulnerabilidad ante ellos.”
Pero lo peor es que las instituciones parecen no aprender de esos errores. . En seguida comienzan a decir que se está gastando demasiado intentando esquivar el peligro y ahí nomás empieza la reducción de fondos destinados a la preparación.
<p>Chertoff, cuya especialidad es, justamente, el riesgo, establece una relación entre los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el huracán Katrina y la crisis financiera global de estos días. Las tres cosas, dice, son ejemplos de cómo no hay que manejar el riesgo. </p>
<p>Según explicó en una conferencia reciente organizada por la escuela de negocios Wharton, la administración de los riesgos está en el corazón de la misión del departamento que tiene a su cargo. En esa oportunidad dijo que hay áreas donde un poco de regulación puede reducir el riesgo en el mercado. El manejo del riesgo fue el primer objetivo que vio ante él cuando asumió su cargo cuatro años atrás, pues “se trata del problema social fundamental que afrontamos en el siglo 21” </p>
<p>"Nuestra misión es muy amplia, pues abarca desde prevenir y reducir la vulnerabilidad de la infraestructura – incluida nuestra cíber-infraestructura – y luego mitigar las consecuencias de los desastres fortaleciendo nuestra respuesta y capacidad de respuesta."</p>
<p>Al hacer un análisis de los ataques del 2001 y los diversos desastres naturales que ocurrieron durante su mandato – ya próximo a concluir – y hasta la actual crisis financiera, Chertoff admitió que su gobierno no manejó bien los riesgos. </p>
<p>Los ataques del 2001 no fueron, dijo, una total sorpresa. Los organismos de inteligencia sabían desde hacía años sobre las intenciones de Osama bin Laden porque lo habían relacionado con dos acciones terroristas: el primer ataque al World Trade Center de Nueva York en 1993, cuando un coche bomba detonó debajo de la torre 1; y el ataque al destructor USS Cole en el año 2000. "Informe tras informe llegaba sobre la necesidad de fortalecer nuestra seguridad interna Y con todo eso, no destinamos siquiera una fracción de la inversión que ahora invertimos en seguridad. “De manera que puede decirse que calculamos mal el riesgo."<br />
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En otro orden de cosas, los funcionarios del gobierno estadounidenses sabían que la magnitud del huracán Katrina podría destruir seriamente una ciudad, especialmente una ciudad grande bajo el nivel del mar. "Está claro que el gobierno en todos los niveles no invirtió para mantener la infraestructura necesaria para proteger Nueva Orleans. <br />
Luego vino la crisis del crédito. La nación ahora sufre problemas financieros que, en alguna medida, eran previsibles desde los 90. “No logramos impedir ninguno de estos enormes desastres, tanto naturales como hechos por el hombre."</p>
<p>La respuesta oficial a cada uno de ellos fue posterior al hecho y costó más de lo que habría sido necesario si se hubiese prevenido o si al menos hubiese habido alguna preparación. Manejar el riesgo no es mirar hacia atrás algo que ya ocurrió, sino mirar hacia adelante e imaginar posibles desastres haciendo análisis de costo beneficio diseñados para impedir o reducir nuestra vulnerabilidad ante ellos.”</p>
<p>Pero lo peor es que las instituciones parecen no aprender de esos errores. . En seguida comienzan a decir que se está gastando demasiado intentando esquivar el peligro y ahí nomás empieza la reducción de fondos destinados a la preparación. </p>
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