Se trata de la primera venta desde que AIG, al borde de una quiebra escandalosa, fue rescatada en octubre por intervención directa de Henry Paulson. El secretario de hacienda era presidente de Goldman Sachs cuando esta firma de valores asistió a AIG para afrontar una violenta licuación de activos tóxicos (derivados).
Eso les costó a los contribuyentes inyecciones de fondos por hasta US$ 150.000 millones, cuya suerte aún no se conoce exactamente. A fines de 2007, la cartera de AIG Private Bank (Zürich) sumaba unos 20.000 millones colocados en títulos con potencial a largo plazo.
Las negociaciones debieron haberse cerrado hace unos diez días, pero fueron retrasadas por complicaciones legales en Estados Unidos. Precisamente, porque era el primer desmembramiento importante desde el criticado rescate.
AIG Group venía de padecer liquidaciones y depreciaciones masivas, amén de un colapso bursátil. En verdad, los aprietos datan de 2005/6 y ya habían acabado con Maurice Greenberg –un pater familias tan autoritario como poco diáfano- y sus parientes. Entre sus malas apuestas figuraban derivativos con escaso sustento y el descuido del negocio, o sea los seguros.
Se trata de la primera venta desde que AIG, al borde de una quiebra escandalosa, fue rescatada en octubre por intervención directa de Henry Paulson. El secretario de hacienda era presidente de Goldman Sachs cuando esta firma de valores asistió a AIG para afrontar una violenta licuación de activos tóxicos (derivados).
<p>Eso les costó a los contribuyentes inyecciones de fondos por hasta US$ 150.000 millones, cuya suerte aún no se conoce exactamente. A fines de 2007, la cartera de AIG Private Bank (Zürich) sumaba unos 20.000 millones colocados en títulos con potencial a largo plazo.</p>
<p>Las negociaciones debieron haberse cerrado hace unos diez días, pero fueron retrasadas por complicaciones legales en Estados Unidos. Precisamente, porque era el primer desmembramiento importante desde el criticado rescate.</p>
<p>AIG Group venía de padecer liquidaciones y depreciaciones masivas, amén de un colapso bursátil. En verdad, los aprietos datan de 2005/6 y ya habían acabado con Maurice Greenberg –un pater familias tan autoritario como poco diáfano- y sus parientes. Entre sus malas apuestas figuraban derivativos con escaso sustento y el descuido del negocio, o sea los seguros.</p>
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