Reserva Federal: rompe precedentes y quiere emitir bonos
Benjamín Bernanke no quiere innovar asistiendo a Detroit, pero sí emitir deuda para rescatar banqueros. En una presentación ante del congreso, la RF plantea la posibilidad de ejercer facultades hasta ahora exclusivas de hacienda.
10 diciembre, 2008
Se ignora si esta iniciativa ha pasado de las preliminares o es tomada en serio por los legisladores. Sea como fuere y más allá de contradicciones (como el caso automotor), la idea refleja la desorientación del banco central ante disyuntivas cada vez más severas.
Emitir “bonos de la Reserva Federal” permitiría gestionar millones de millones en nuevos financiamentos al sector privado, en esencia el bancario. Asimismo, facilitaría mayor flexibilidad en la política de tipos de interés. Pero, al mismo tiempo, tendrá efectos muy difíciles de evaluar en el mercado internacional de deuda norteamericana.
Por ejemplo, afectará el precios de las letras en poder de China, Japón, etc. Justamente, Beijing cerró noviembre como tenedor máximo en el mundo (US$ 585.000 millones), superando a Tokio (US$ 573.000 millones). Junto, ambos países controlan casi 20% de la deuda externa pública estadounidense. “Con un producto bruto por habitante en centésimo lugar del mundo, estamos subsidiando a la segunda economía y la más endeudada”, señalaba la academía de ciencias sociales (Beijing).
En otras palabras, si Bernanke se pusiera a aumentar por su cuenta el “stock” total de bonos, éstos perderían valor y, sin duda, ello inquietaría a China, Japón, Taiwán, Surcorea y otros acreedores netos. Simultáneamente, la sobreoferta y el alza del rinde (contrapartida del menor precio) acarrearán efectos inflacionarios. Salvo que, vía deflación, la actual recesión occidental mute en depresión lisa y llana, un remedio mucho peor que la enfermedad.
Se ignora si esta iniciativa ha pasado de las preliminares o es tomada en serio por los legisladores. Sea como fuere y más allá de contradicciones (como el caso automotor), la idea refleja la desorientación del banco central ante disyuntivas cada vez más severas.
<p>Emitir “bonos de la Reserva Federal” permitiría gestionar millones de millones en nuevos financiamentos al sector privado, en esencia el bancario. Asimismo, facilitaría mayor flexibilidad en la política de tipos de interés. Pero, al mismo tiempo, tendrá efectos muy difíciles de evaluar en el mercado internacional de deuda norteamericana.</p>
<p>Por ejemplo, afectará el precios de las letras en poder de China, Japón, etc. Justamente, Beijing cerró noviembre como tenedor máximo en el mundo (US$ 585.000 millones), superando a Tokio (US$ 573.000 millones). Junto, ambos países controlan casi 20% de la deuda externa pública estadounidense. “Con un producto bruto por habitante en centésimo lugar del mundo, estamos subsidiando a la segunda economía y la más endeudada”, señalaba la academía de ciencias sociales (Beijing).</p>
<p>En otras palabras, si Bernanke se pusiera a aumentar por su cuenta el “stock” total de bonos, éstos perderían valor y, sin duda, ello inquietaría a China, Japón, Taiwán, Surcorea y otros acreedores netos. Simultáneamente, la sobreoferta y el alza del rinde (contrapartida del menor precio) acarrearán efectos inflacionarios. Salvo que, vía deflación, la actual recesión occidental mute en depresión lisa y llana, un remedio mucho peor que la enfermedad.</p>
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