“Esta crisis empeora y a recesión puede agravarse en escala norteamericana”, sostuvo en una cumbre realizada esta semana en Berlín. Ministros, economistas, banqueros, industriales, sindicalistas y autoridades estaduales inician así una amplia rueda de consultas planteada desde el gobierno federal.
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<p>Allegados al coloquio estima que el futuro “plan B” estará en condiciones de ponerse en marcha durante febrero. Si bien el encuentro no preveía medidas específicas, vario sectores sugirieron acciones directas y rápidas para estimular la demanda real –individuos, empresas- y la actividad industrial. </p>
<p>Obviamente, el caso Volkswagen-Porsche estuvo en las deliberaciones. Los sindicatos metalúrgico y automotor, el estado de baja Sajonia (ex Hanóver) y varios economistas criticaron el estilo de Ferdinand Piëch para copar VW. A su vez, Merel volvió a objetar el abuso de derivados en la compleja, azarosa operación. </p>
<p>Josef Ackermann (Deutsche Bank) y Klaus-Peter Müller (Commerzbank) debieron explicar por qué el salvamento fiannciero (€ 500.000 millones) no funciona como es debido. Legisladores de la gran coalición y otros partidos pusieron en la picota a los banqueros más poderosos del país. Peter Löscher y Rainer Obermann (Deutsche Telecom) centraron duras criticas por corrupción internacional, la primera, y malas estrategias la segunda. </p>
<p>Pero las dificultades financieras surgían en todos los conciliábulos. Axel Weber, presidente del Bundesbank, no descartó la eventual creación de un fondo para garantía de depósitos. Lo gestionaría esa banca federal. Un partícipe original, el reciente Nobel económico Paul Krugman, insistió e críticas a banqueros privados “que apelan al dinero de los contribuyentes para salir de dificultades creadas por su propia codicia”. Exhortó a los alemanes a “no emular a Henry Paulson ni a Benjamin Bernanke”. </p>
Merkel se corta sola y lanza un plan B por 300.000 millones
Al margen de la alianza Nicolas Sarkozy-Gordon Brown, la canciller alemana pactó con treinta y dos exponentes de las fuerzas vivas. Es un gesto parecido a los de Cristina Kirchner, pero afín al modelo renano de capitalismo.