En forma parcial o desigual, las condiciones se deterioran en varias economías emergentes, aunque sus productos brutos internos no lleguen a ser negativos en 2009, como los de Estados Unidos o la Eurozona. Sea como fuere, a juicio de los neoclásicos, el proceso plantea peligros para dos fenómenos nunca universalmente aceptados: comercio y mercados libre o abiertos.
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<p>Por ejemplo, el Banco Mundial afirma que los flujos de capital privado a economías emergentes el año próximo serán la mitad del récord anotado en 2007 (un billón de dólares). En tanto, la pálida Organización Mundial de Comercio estima que el flujo global de comercio disminuirá por vez primara desde 1982. Ni ambas entidades ni el Fondo Monetario miden los efectos de escándalos como el de Bernard Madoff (US$ 50.000 millones) o la crisis de derivados tienen en los mercados de riesgo. </p>
<p>Naturalmente, el desplazamiento de prioridades obliga a ajustes. Verbigracia, países dependientes de exportaciones, máxime de hidrocarburos, deberán estimula la demanda local de bienes y servicios. El reflujo de capitales implica que escasee el financiamiento a economías en desarrollo con déficit corriente, Este conjunto de síntomas puede puede tentar a varios gobiernos con el proteccionismo como mal menor. </p>
<p>El libre comercio –nunca mayoritario en este planeta- o la integración perderán atractivo mientras una serie de problemas vaya de país en país. Gobierno tras gobierno intentará proteger la mano de obra o los ingresos locales vía subsidios a la exportación, gravámenes y moneda subvaluadas. Después de todo, esto ha sido común por siglos entre economías líderes, como muesra el fraaso de la OMC en materia de precios agrícolas. </p>
<p>Por supuesto, el aislacionismo norteamericano de los años 30 no “acentuó cruelmente la depresión”, según sostiene la escuela de Chicago, sino más bien lo contrario. Así lo probó el alto grado de desarrollo industrial que permitió entrar en la II guerra mundial y ganarla. Por el contrario, la OMC y su nutrida burocracia no son exactamente un obstáculo para el proteccionismo en gran escla. </p>
<p>Sin embargo, la presente globalización comercial y financiera (aunque no de la economía real), sus vastas cadenas de abastecimiento y sus inestables mercados podrían resentirse de políticas muchos menos drásticas que las de Franklin D.Roosevelt y John Maynard Keynes. Un poco menos de apertura será suficiente para prolongar la recesión hasta 2010, especialmente en países medianoscomo Argentina, dependientes de exportaciones con esaso valor agregado. </p>
Comercio, economía, mercados en crisis y recesión
Algunos ortodoxos sostienen que Occidente afronta la peor recesión en setenta años y marcha al proteccionismo. La contracción crediticia y bursátil toca a casi todos, como indica la baja de tasas norteamericanas a 0,25/0,5% anual.