Eso lo creían Benjamin Bernanke, hoy presidente de la Reserva Federal en serios apuros políticos y éticos. Por ese tipo de dislates, BB se había hecho famoso como analista de crisis y depresiones sistémicas en ciertos círculos universitarios. Sea como fuere, China –igual que Japón, Surcorea o Taiwán- dispone de excedentes y se los “presta” a EE.UU. tomando los bonos de deuda emitidos por hacienda.
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<p>Aparte de Ferguson, Paul Krugman, Jeffrey Sachs, Warren Buffet o George Soros tampoco toman en serio aquella teoría de Bernanke. Aun admitiendo que el ahorro sea casi endémico en Asia oriental, “este espectacular ciclo financiero no puede durar por siempre” –apunta PK-, si bien “las tenencias chinas de deuda norteamericana quizá tardase años en agotarse, de no haber sido por la crisis actual” (Ferguson). </p>
<p>¿Por qué ahora han cambiado las cosas? Por la tolerancia cómplice de Bernanke y Henry Paulson -dos que arriesgan juicios políticos- hacia los malos banqueros de Wall Street. </p>
<p>Esta actitud, cuyo síntoma inicial es un megarrescate por US$ 700.000 millones, fomenta la emisión sin respaldo por un lado. Por el otro, los países con enormes existencia de bonos de tesorería temen que la sobreemisión adicional deteriore el precio de sus tenencias en el mercado internacionales. </p>
<p>A esa clase de señales rojas alude un ex analista del Fondo Monetario Internacional, Michael Rogoff. “China indujo entre los norteamericanos una autocomplacencia proclive al derroche y a la negación del ahorro interno”, señalaba. Todo ello mientras un fisco manirroto, gastos bélicos inclusive, no quería ver síntomas como las malas hipotecas o la iliquidez dentro y fuera de EE.UU. </p>
Contradictoria adicción de EE.UU. al capital chino
Se trata de un caso, según el experto escocés Niall Ferguson, de economía emergente que le presta a una líder. A juicio de otro analista (2005), los norteamericanos no gastan mucho, sino que los chinos ahorran demasiado.