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Para muchos, en efecto, “blue chip” no es ya una acción estelar, sino un microprocesador azul (como ironizaba una viñeta del “Guardian”).<br />
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El mercado oso (a la baja) aprieta las garras, pese a esfuerzos del gobierno para apuntalar la economía real –cada día menos ligada a la Bolsa- y a la gran empresa. Este jueves pasado, temores de deflación, no ya de simple recesión, derrumbaron el Dow Jones 30 a 6.694,4. No sólo el mínimo desde abril de 1997 o 25% de pérdida este año. <br />
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Existe otro parámetro alarmante, que denota una tendencia de mayor plazo. El 9 de octubre, el panel alcanzó la máxima de 14.164,5 puntos. Ya no la mejoraría y, desde entonces al último jueves, se ha desinflado 53,4%. Así fue que no hubo “blue chips” que aguantasen.<br />
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Los indices DJ no están solos. En la otrora poderosa cartera internacional Standard&Poor’s 500, las acciones cotizantes que valen diez dólares o menos se han multiplicado diez veces desde el máximo registrado en octubre de 2007. Este desbarranque tiene un símbolo: a menos de dos dólares. No alcanza para un galón o dos litros de nafta (la relación es 3,87 a uno).<br />
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Pero ¿de dónde salió esta denominación de “blue chips”? Existen varias explicaciones. Según la favorita, era el color de la ficha más cara en los casinos norteamericanos a principios del siglo XX. </p>
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Ya casi nadie recuerda los blue chips del Dow Jones
Tampoco el DJ 30 es industrial ni Wall Street tiene el peso internacional de pasados decenios. Por ejemplo, el ex líder Citigroup cotizaba US$ 55 la acción hace justo dos años, pero el viernes valía un dólar, pero el de 1997, su piso anterior.