<p>n realidad, lo nuevo es que los legisladores de la Unión Europea pongan en la lista a Luxemburgo. Este ducado –lo inventó el congreso de Viena, 1815- es el refugio fiscal más grande fuera de Suiza. Es miembro de la Eurozona y lo fue del Benelux (junto con Bélgica y Holanda).<br />
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Pese a su pequeñez, Luxemburgo tiene un operador al frente del Eurogrupo –ministros financieros de la Eurozona-, Jean-Claude Junker, que aspira a encabezar el Banco Central Europeo. Nada menos. Ahora, Washington y Estrasburgo (Europarlamento) convergen en los ataques contra aguantaderos extraterritoriales.<br />
Tanto EE.UU. como el parlamento europeo –con apoyo de Alemania y Francia- presionan para definir “acciones definitivas” contra paraísos fiscales en la región. El gobierno de Barack Obama se centra en Suiza-Liechtenstein, en tanto los legisladores de Estrasburgo apuntan a Luxemburgo. <br />
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En todos los casos, la herramienta más sujeta a embates es el secreto bancario. Además hay tres villanos de película: el citado Junker, la dinastía Grimaldi (Mónaco) y Alois II, príncipe heredero de Liechtenstein. Austria había salido de la lista en 2003, pero tal vez regrese por falta de colaboración con las autoridades alemanas. Por ejemplo, en el caso Siemens. <br />
Como las papas queman, de pronto Andorra, Liechtenstein y Austria reducirían los alcances del secreto al estilo suizo. Pero Luxemburgo y Holanda (sus Antillas fueron pioneras en lavado de dinero) no quieren saber nada. En la otra punta, un bloques de europarlamentarios exige directamente eliminar los “off shore” existentes en toda la UE. </p>
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Guerra contra los paraísos fiscales
Ahora tercia el Europarlamento, que enfila los cañones hacia Austria, Luxemburgo, Suiza, Liechtenstein, Man, Guernsey (ambas son feudos de la corona inglesa), Mónaco, Andorra y San Marino. Estados Unidos llevará el asunto al G-20.