En la corona británica, ¿cambios sucesorios?
Habrá dos claves: se aceptarán católicos en la familia real y las mujeres no serán relegadas por los varones. Curiosamente, la ley maestra data de 1701 pero, mucho antes (1558), el trono pasaba de una dama (la católica María Estuardo) a Isabel Tudor.
28 marzo, 2009
<p>Según la actual “<em>act of settlement</em>”, a Isabel II la suceden Carlos, príncipe de Gales, sus hijos Guillermo y Enrique. Detrás aparece Andrés, duque de York, segundo hijo varón de la reina. En el proyecto del escocés Gordon Brown, los tres primeros lugares son idénticos, pero la princesa Ana ocupa el cuarto puesto. Una especie de revancha de los Tudor sobre los Hannóver-Windsor.</p>
<p>Tal vez no sea tan fácil incorporar católicos en el nutrido clan real. <o:p></o:p>Hasta Juan Pablo II, no habría habido inconvenientes. Pero Josef Ratzinger (Benedicto o, más propiamente, Benito XVI) está retrotrayendo la Iglesia romana al concilio de Trento (1545/62). Por entonces, las ambiciones dinásticas de Enrique VIII (1491/1547) lo hicieron romper con Roma y crear la Iglesia de Inglaterra. Una serie de complicaciones posteriores hizo que una hija suya esperase once años para sucederlo. </p>
<p>Fue un caso de cesarismo tal que el anglicanismo, impuesto con mano de hierro por Isabel I, demoró hasta el siglo XVIII en ser aceptado como forma de protestantismo. Salvo en Escocia. Por entonces, los Tudor habían sido substituidos por un rey holandés (Guillermo III de Orange) y, al fin, por la casa alemana de Hannóver (Jorge I).</p>
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