Duro comentario del Washington Post sobre ONeill

“Quizá Paul O’Neill desdeñe los altibajos de los mercados financieros y prefiera ocuparse de lo que llama los fundamentos de la economía. Cuidado: por molestos que parezcan, esos mercados pueden tener impacto fundamental en sus fundamentos”.

1 agosto, 2002

El secretario no se acostumbra a que sus comentarios puedan sacudir mercados. “Constantemente me asombra que alguien se ocupe de lo que hago”, decía días atrás. Si no tiene más cuidado, se quedará sin cargo, en cuyo caso el asombro habrá terminado.”

Así remata el Washington Post un comentario editorial sobre Paul O’Neill, sus dichos y los efectos que han tenido en Brasil y Uruguay. “Según él mismo, es el principal vocero del gobierno en lo económico. Pero no brilla en ese papel”, sostiene el influyente periódico capitalino. El martes, comentarios imprudentes sobre esos dos países y Argentina provocaron una violenta corrida hacia el dólar y contra los bonos soberanos en San Pablo y Montevideo (Buenos Aires no los tomó muy en serio).

“El principal vocero había metido la pata y debió ser enmendado por otro vocero, Ari Fleischer, que desde la Casa Blanca pidió disculpas”, añade el diario. Era el segundo paso en falso respecto de Brasil. El anterior ya había puesto en duda el dominio de O’Neill sobre los temas de su cartera”.

Lo peor es que “la lógica del funcionario sea tan extraña. A menudo, los países en problemas políticos –en el caso brasileño, una campaña electoral con dos fuertes candidatos izquierdistas- necesitan más la ayuda del FMI que los países en problemas puramente económicos. Además, una campaña electoral es una dificultad mucho más sostenible que una montaña de deudas”.

El secretario no se acostumbra a que sus comentarios puedan sacudir mercados. “Constantemente me asombra que alguien se ocupe de lo que hago”, decía días atrás. Si no tiene más cuidado, se quedará sin cargo, en cuyo caso el asombro habrá terminado.”

Así remata el Washington Post un comentario editorial sobre Paul O’Neill, sus dichos y los efectos que han tenido en Brasil y Uruguay. “Según él mismo, es el principal vocero del gobierno en lo económico. Pero no brilla en ese papel”, sostiene el influyente periódico capitalino. El martes, comentarios imprudentes sobre esos dos países y Argentina provocaron una violenta corrida hacia el dólar y contra los bonos soberanos en San Pablo y Montevideo (Buenos Aires no los tomó muy en serio).

“El principal vocero había metido la pata y debió ser enmendado por otro vocero, Ari Fleischer, que desde la Casa Blanca pidió disculpas”, añade el diario. Era el segundo paso en falso respecto de Brasil. El anterior ya había puesto en duda el dominio de O’Neill sobre los temas de su cartera”.

Lo peor es que “la lógica del funcionario sea tan extraña. A menudo, los países en problemas políticos –en el caso brasileño, una campaña electoral con dos fuertes candidatos izquierdistas- necesitan más la ayuda del FMI que los países en problemas puramente económicos. Además, una campaña electoral es una dificultad mucho más sostenible que una montaña de deudas”.

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