<p>La asistencia propende a puentear situaciones de iliquidez y ataques especulativos contra el peso, perceptibles desde principios de mes. Los presidentes de ambos bancos centrales, Martín Redrado y Zhou Xiaochüan suscribieron un preacuerdo en Medellín, durante la asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo (que China integra).</p>
<p>A solicitud de cualquiera de los dos países, podrán efectuarse pases monetarios entre sus emisores. Obviamente, el socio fuerte es Beijing, pues sus reservas de libre disponibilidad alcanzaban US$ 2,37 billones (millones de millones) a fin de febrero (más que el FMI). A criterio de observadores europeos (los argentinos no se han repuesto de la sorpresa), esto forma parte de una nueva, agresiva estrategia de la mayor economía emergente.</p>
<p> En efecto, desde hace semanas, China encabeza una campaña, que se hará sentir en la cumbre del G-20, para ir estableciendo dos o tres divisas de reserva. Además del dólar –que ya no refleja una economía hegemónica-, los candidatos inevitables son el euro, el yen y el yüan.</p>
<p>Por supuesto, será un largo proceso. Entretanto, habrá que ver la actitud de los países petroleros de la península arábiga. Hace dos años la Unión de Emiratos Árabes proponía combinar el dólar con una divisa “ad hoc”, quizá lejana descendiente de los petrodólares. Rusia también objetó, en 2008, el unicato del dólar. Ahora, el convenio China-Argentina parece una pica en Flandes. </p>
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China demuestra que Argentina no está aislada
En medio de la crisis desatada desde Occidente, Beijing tras criticar al Fondo Monetario y a las principales economías- otorgó a Buenos Aires facilidades rotativas por US$ 10.200 millones en yüan. Son para cubrir eventuales drenajes de reservas.