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<p>Una vieja y obscura norma que irritaba a las entidades financieras en Estados Unidos –según ellas, agravaba crisis sectoriales- ha sido modificada. En adelante, los bancos podrán ser más discrecionales al divulgar el valor de títulos hipotecarios.</p>
<p>Pero un grupo de críticos sostiene que el cambio puede deteriorar más aún la credibilidad de las instituciones financieras, pues evitarán reconocer pérdidas por acreencias incobrables. Esta modificación viene mal parida, pues deriva de fuerte presiones políticas sobre un organismo independiente, la Junta de Parámetros Contables (FASB en inglés).</p>
<p>Durante la crisis iniciada por malas hipotecas (mediados de 2007), los precios corrientes de muchos títulos –en particular, respaldados en ellas- cayeron a una fracción de su valor nominal. Ello forzó a los bancos a declarar miles de millones en quebrantos (2008), pues esos papeles se ajustaban por niveles de mercado cada tres meses. Esos cambios se reflejaban en los balances. </p>
<p>Al principio, la FASB se resistía a reformar pautas. Pero, de pronto, su actitud se dio vuelta después de una audiencia legislativa donde diputados de ambos partidos virtualmente le forzaron la mano a la junta. Existen sospechas de que es obra de un influyente “lobby” del negocio.</p>
<p>En la vereda de enfrente, dos ex presidentes de la comisión federal de valores (SEC) temen que la politización de normas contables y la consiguiente pérdida de independencia de la junta sean letales para su fiabilidad. La libertad otorgada a bancos que no la merecen puede ser arma de dos filos, si analistas e inversores no creen en los futuros estados financieros.</p>
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Evaluar activos bancarios</p>
<p>Una vieja y oscura norma que irritaba a las entidades financieras en Estados Unidos –según ellas, agravaba crisis sectoriales- ha sido modificada. En adelante, los bancos podrán ser más discrecionales al divulgar el valor de títulos hipotecarios.</p>
<p>A primera vista, la reforma permitirá declarar utilidades más altas, dando por sentado que los bonos valen más de cuanto el mercado está dispuesto a pagar. Dicho de otro modo, ciertos activos tóxicos ya no lo serán tanto. </p>
<p>Pero un grupo de críticos sostiene que el cambio puede deteriorar más aún la credibilidad de las instituciones financieras, pues evitarán reconocer pérdidas por acreencias incobrables. Esta modificación viene mal parida, pues deriva de fuerte presiones políticas sobre un organismo independiente, la Junta de Parámetros Contables (FASB en inglés).</p>
<p>Durante la crisis iniciada por malas hipotecas (mediados de 2007), los precios corrientes de muchos títulos –en particular, respaldados en ellas- cayeron a una fracción de su valor nominal. Ello forzó a los bancos a declarar miles de millones en quebrantos (2008), pues esos papeles se ajustaban por niveles de mercado cada tres meses. Esos cambios se reflejaban en los balances. </p>
<p>Al principio, la FASB se resistía a reformar pautas. Pero, de pronto, su actitud se dio vuelta después de una audiencia legislativa donde diputados de ambos partidos virtualmente le forzaron la mano a la junta. Existen sospechas de que es obra de un influyente “lobby” del negocio.</p>
<p>En la vereda de enfrente, dos ex presidentes de la comisión federal de valores (SEC) temen que la politización de normas contables y la consiguiente pérdida de independencia de la junta sean letales para su fiabilidad. La libertad otorgada a bancos que no la merecen puede ser arma de dos filos, si analistas e inversores no creen en los futuros estados financieros.</p>
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Nuevos criterios para evaluar activos bancarios
A primera vista, la reforma permitirá declarar utilidades más altas, dando por sentado que los bonos valen más de cuanto el mercado está dispuesto a pagar. Dicho de otro modo, ciertos activos tóxicos ya no lo serán tanto.