<p>Dos empleados – un muchacho y una chica — de Domino’s Pizza cometieron una doble barbaridad en la cocina de la afamada marca de comidas. La primera fue ignorar todas las reglas de higiene en la preparación de los alimentos encargados por los clientes; el muchacho preparaba sándwiches para entrega a domicilio mientras se ponía el queso en la nariz, introdujo su propio moco en la masa y también estornudó sobre la preparación. Violó también otros códigos sanitarios. Mientras tanto, su compañera aportaba la narración de lo que ocurría. La segunda barbaridad fue producto de una absurda sensación de impunidad: subieron la filmación a You Tube.<br />
En pocos días, gracias al poder de los medios sociales, terminaron echados y con montañas de demandas de consumidores indignados. Por su parte, la casa empleadora afronta una feroz crisis de relaciones públicas. <br />
A los empleados se los acusa de entregar al público alimentos prohibidos… al cuarto día, el video (que se puede ver a la darecha de la pantalla) había sido visto más de un millón de veces en You tube. <br />
Domino’s lo está comprobando en carne propio: los medios sociales tienen el alcance y la velocidad suficientes para convertir cualquier incidente en una crisis de marketing. <br />
Según directivos de la empresa, los empleados les dijeron que en realidad nunca habían entregado esos productos mancillados. Igualmente, la empresa los echó al día siguiente. Pero la crisis aún no termina. La empresa se prepara para un juicio civil en su contra. En pocos días la reputación se dañó y la percepción de su calidad entre los consumidores pasó de positiva a negativa desde ocurrido el hecho. <br />
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Una pesadilla para Dominos Pizza
La famosa marca de pizza norteamericana está comprobando en carne propia el fenomenal poder de difusión de los medios sociales. Una gracia de dos empleados estúpidos le está costando muy caro.