<p>“Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia exigen otro punto de partida”, sostuvo el sábado el presidente Dimitri Miedvyédiev en declaraciones a medios de Europa occidental. “Debemos limitar armamentos estratégicos y escudos defensivos, en un marco de soluciones razonables y moderación”.<br />
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En lo atinente al plan nuclear iraní, “no creemos sensato insistir con más sanciones que después no se materializan”. Volviendo al escudo espacial y marcando diferencias con el primer ministro Vladyímir Putin, el presidente ruso propondrá “un sistema defensivo antiproyectiles de alcance global”. Particularmente ante los desbordes norcoreanos.<br />
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Miedvyédiev contrasta las estrechas relaciones personales entre los gobiernos de Putin y George W.Bush, que no se proyectaban en el plano político. “Ahora es diferente. Ya he discutido telefónicamente con Barack Obama la reducción de arsenales ofensivos”. Al parece, ambos mandatarios diferencian claramente entre Irán –una potencia petrolera con 70 millones de habitantes que vive una crisis interna- y Norcorea, un estado donde imperan el hambre y un régimen controlado por militares, como Birmania.<br />
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Algunos funcionarios no descartan que, después de las actuales tratativas, se haga un encuentro tripartito EE.UU.-Rusia-China para afrontar los riesgos bélicos. En especial, la continua lluvia de proyectiles norcoreanos sobre el mar del Japón. En cuanto al escudo de la OTAN, Moscú objeta los gestos antirrusos de Polonia y la República Checa, que tampoco caen bien en Bruselas. El cuadro es inquietante: 13.000 ojivas nucleares moscovitas –algunas en Kaliningrado, cuña rusa entre Polonia y Lituania- frente a 9.500 norteamericanas.</p>
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Señales de diálogo entre Obama y Miedvyédiev
Este domingo, es posible que la primera reunión gire sobre dos temas: un escudo espacial común y la política hacia Irán. En el primer caso, la Organización del Tratado Noratlántico tal vez deba abandonar sus obsesiones en Europa oriental.