sábado, 11 de enero de 2025

Afganistán, Pakistán, opio y malos momentos para la OTAN

spot_img

Shindad, noroeste de Afganistán, es clave para el negocio. De ahí salen los “ladrillitos” que, vía Türkmenistán, alcanzan Europa occidental. Al sur, las provincias de Farah, Kandahar y Helmand -controladas por los talibanes- producen 85% del opio.

<p>Seg&uacute;n estimaciones a 2008, el pa&iacute;s genera 70% de la hero&iacute;na en el mundo. O sea, ha desalojado a Indochina. En esas tres regiones, un campo de cada tres est&aacute; sembrado de amapolas, algo embarazoso para la Organizaci&oacute;n del Tratado Nortl&aacute;ntico y su componente dominante, Estados Unidos. Seg&uacute;n otra fuente, Naciones Unidas, talib&aacute;n y al-Qa&rsquo;eda cobran un &ldquo;oshch&rdquo; (diezmo) a cultivadores, procesadores y otros intermediarios.<br />
<br />
La firme oferta de opio y derivados ha hecho ceder el precio por kilo de US$ 121 (marzo de 2007) a 85 (enero &uacute;ltimo). Entretanto, el Pent&aacute;gono tiene una lista de cincuenta traficantes mayoristas que se propone destruir. Pero &iquest;lo lograr&aacute; antes de que el negocio penetre tambi&eacute;n en el noroeste pakistan&iacute;? <br />
<br />
El contexto social no ayuda. En Afganist&aacute;n, la expectativa de vida es de 42 a&ntilde;os, 25% de la poblaci&oacute;n sobrevive con un d&oacute;lar diario, hay 75% de analfabetos y la mortalidad infantil llega a 165 sobre mil. Pero el pa&iacute;s es un para&iacute;so de opi&aacute;ceas. En &aacute;reas controladas por el movimiento talib&aacute;n, al-Qa&rsquo;eda o se&ntilde;ores de la guerra, los cultivos de amapolas van de mil a 12.500 hect&aacute;reas. El total bajo siembra a fin de 2008 se estimaba en algo m&aacute;s de 150.000 ha. Los derivados m&aacute;s comercializados son hero&iacute;na, morfina, teba&iacute;na, noscapina y code&iacute;na; todos tienen viejos usos m&eacute;dicos.<br />
<br />
Igual que la producci&oacute;n, el cultivo mundial est&aacute; dominado por Afganist&aacute;n (70%) y Birmania (21%, incluyendo el tri&aacute;ngulo de oro indochino). Pero el rinde es superior en el primero, de ah&iacute; la brecha productiva. La segunda, en cambio, aporta la forma m&aacute;s refinada y cara de hero&iacute;na, la H4 en gotas, que no se inyecta y presupone por ende menos riesgos de sida.<br />
<br />
De acuerdo con la ONU, la producci&oacute;n afgana seguir&aacute; aumentado este a&ntilde;o y superar&aacute; el r&eacute;cord de 2006 (6.200 toneladas), ya 50% mayor que la cifra de 2005. &ldquo;La econom&iacute;a del opio, particularmente al oeste y sudoeste, es m&aacute;s un problema de insurgencia que de narcotr&aacute;fico&rdquo;, sostiene Antonio Costa, director de la oficina contra la droga y el delito.<br />
<br />
Esto ser&iacute;a cierto si la cultura del opio no se extendiese con complicidad o participaci&oacute;n de caudillos &eacute;tnicos y funcionarios del endeble gobierno instalado en Kabul. As&iacute; ocurri&oacute; antes en Colombia, donde la mezcla de guerrillas izquierdistas, paramilitares y corrupci&oacute;n gubernamental ha creado una econom&iacute;a triple: coca&iacute;na, marihuana y hero&iacute;na. El papel desempe&ntilde;ado en Colombia por Estados Unidos les cab&iacute;a hasta 1988 a la ex Uni&oacute;n Sovi&eacute;tica y, nuevamente hoy, a EE.UU. Hay una diferencia: la intervenci&oacute;n de al-Qa&rsquo;eda, grupo creado por Washington contra Mosc&uacute; en los a&ntilde;os 70, ahora aut&oacute;nomo e internacional.<br />
<br />
Pero, contra la idea de Costa, el mayor incentivo de los opi&aacute;ceos es econ&oacute;mico o comercial. Eso incluye la densa red de rutas exportadoras, que cruzan Asia central, Pakist&aacute;n, India e Ir&aacute;n. Tambi&eacute;n explica un proceso de difusi&oacute;n y abaratamiento de subproductos cada vez m&aacute;s puros, orientados a la exportaci&oacute;n.</p>
<p>&nbsp;</p>

Compartir:

spot_img
spot_img
spot_img
spot_img

Noticias

CONTENIDO RELACIONADO