<p>Su efecto será similar al del cuerpo que chocó frente a la actual Yucatán y liquidó buena parte de la vida terrestre y marina en el jurásico. O el que arrasó 2.000 km2 en Siberia oriental, 1908. El impacto equivaldrá más o menos a 100.000 bombas como las arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki, 1945, aunque sin radioactividad posterior. Naturalmente, la amenaza es en serio, no como la que un falso calendario maya imagina para 2012.<br />
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Mientras el maremoto en diciembre de 2004 causaba estragos en el océano Índico, los astrónomos David Tholei y Fabrizio Bernardi (Hawai) descubrieron un asteroide de órbita excéntrica. La trayectoria apuntaba a 2029, con 37% de probabilidades de choque contra este planeta. Posteriormente, la fecha teórica se corrigió a 2036.<br />
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También cambiaron las probabilidades de impacto, de 37 a 41%. Lo que sí se confirmó fue el nombre: Apofis, versión griega de ‘Apopi, dios egipcio del caos, en forma de áspid. Según el decurso proyectado por la NASA, los peores efectos se sentirán en Europa meridional y, por extensión, el hemisferio norte entre el círculo polar ártico y el ecuador.<br />
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La franja más castigada abarcará desde la península ibérica hasta los Balcanes, Levante y norte de África. Otras áreas del mundo serán luego alcanzadas por densas nubes de polvo y materia en suspensión, que acabarán con gente, animales y plantas. Aunque no en forma instantánea.<br />
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Los trastornos climáticos y ecológicos quizá se aproximen a los causados por el meteorito de Yucatán que, en la era secundaria, liquidó a los grandes reptiles. En esta oportunidad, los ganadores no serán mamíferos, sino insectos –cucarachas al frente- y poblaciones al sur del trópico de Capricornio.<br />
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Como señalan ahora los rusos, ciencia y tecnología humanas tienen poco tiempo para idear una sonda capaz de desviar el asteroide. Por ahora, no existen artificios conocidos para modificar la órbita de un cuerpo –siquiera chico- desde la que separa Apofis de la Tierra. Sólo cabría esperar que la trayectoria del funesto dios fuese alterada por el vecino Venus, que lo rozará dentro de unos once años.<br />
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El nuevo proyecto moscovita prevé una espacionave, explicaba Anatoli Piermínov. Moscú prevé un simposio mundial para estudiar el asunto. Se invitará a Estados Unidos, la Unión Europea, China, India, Brasil. Japón, Australia y otros. Aun admitiendo una colisión “recién” en 2036 o más allá, “el destino del planeta y la gente está en juego -sostiene el científico- y no tiene sentido ocuparse de profecías fraudulentas cuando hay amenazas cerca del sistema solar”.</p>
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Rusia propone desviar Apofis, asteroide apocalíptico real
Hace algunos años, pocos se ocupaban del tema. Empezando 2010, Apofis vuelve sobre el tapete. Todavía, ese cuerpo de 2.700 metros de diámetro y 50.000 km/hora de velocidad, podría estrellarse en el Mediterráneo después de 2036. Si Moscú no lo desvía.