<p>Los mismos que ahora dudan de 2009 y las perspectivas de 2010. No obstante, Beijing logró estabilizar la economía, en parte porque el retroceso de 2008 estaba lejos del sufrido por Occidente. Algunos sostienen que lo sucedido entonces se pareció al “shock” de 1978, cuando el país se abrió al mundo, aunque no –como afirma el mito- a la economía de libre mercado.<br />
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Volviendo a los estímulos, la actividad comenzó a recobrarse. En el primer trimestre de 2009, el PBI subió 6,1% para hacerlo 7,9% el segundo y 9,4% el tercero. Las exportaciones seguían retrasadas, pero la inversión externa directa se consolidaba junto con la demanda interna a un ritmo inesperado. <br />
En este punto, los expertos en China pesimistas sostienen que esta recuperación enmascara severas contradicciones y exacerba problemas prexistentes. Este grupo de analistas (Hong Kong, Singapur, Taipei) pone en tela de juicio ventajas a mediano y largo plazo de los estímulos. Por ende, apuntan a los sectores equivocados, en particular empresas estatales que, sin generar trabajo, aumentan capacidad ociosa.<br />
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Otros subrayan que el paquete hizo poco por elevar exportaciones. En lo financiero y hasta el reciente aumento de encajes bancarios, esos analistas –concentrados en grandes firmas de valores de Londres y Nueva York- temían burbujas de activos. Aun sin que eso haya ocurrido, los gurúes creen que el modelo estatal debiera ceder a la economía de libre mercado. La misma que tambalea en Estados Unidos y Gran Bretaña. <br />
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Sin duda, empero, China necesita mantener el PBI en poco más de 8% anual. Pero por razones sociales, vinculada a la creación de empleo pues, estadísticamente, cada punto ascendente el PBI significa un millón de puestos nuevos. Ergo, 8,5% de 2009 se traduce en 8.500.000 menos desocupados, en una economía donde la oferta laboral crece a razón de diez millones anuales.<br />
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La estrategia de China con el paquete de estímulos fiscales
Beijing buscaba que el producto bruto interno reaccionase más de 8% en 2009, gracias a ese paquete. Lo consiguió con creces: el año cerró entre 8,3 y 8,5%, tras absorber el bajón en julio-diciembre de 2008 y contra los pesimistas de Hong Kong.