<p>El impacto del combo “fiscal devaluatorio” por suerte no resultó tal cual las anteriores crisis, es decir caída de depósitos e incremento de tasas de interés, pero si afectó la dinámica de recuperación que las variables financieras habían estado teniendo en los últimos meses.</p>
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<p>En primer lugar los depósitos transaccionales del sector privado, los más “líquidos” (cuentas sueldo y corriente) mostraron una caída en promedio de $ 1.195 millones. Si bien los depósitos a plazo en pesos crecieron en promedio $ 981 millones, la caída de los depósitos transaccionales y el menor ritmo de crecimiento de los depósitos a plazo son un reflejo de que la mayor devaluación esperada ya no hace rendir a los pesos cómo antes, y más si hay incertidumbre sobre si el dólar no podría “estar más arriba” de lo esperado.</p>
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<p>En respuesta a la menor demanda por depósitos en pesos, las colocaciones de privados en moneda extranjera mostraron en febrero un incremento $ 252 millones. De esta manera los depósitos en dólares del sector privado volvieron a crecer por segundo mes consecutivo luego de que en el último trimestre se registrase una caída de $ 1.122 millones.</p>
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<p>Los préstamos en pesos también acusaron la incertidumbre que se generó durante el mes de febrero, ya que durante el mes sólo crecieron en promedio $ 55 millones, cuando durante 2007 y 2008 los montos de crecimiento superaban los $ 900 millones.</p>
<p>Ahora bien, las tasas de interés continuaron estancadas en valores cercanos al 9,54% para los depósitos (BADLAR Bcos. Privados) y 10,34% para los préstamos a empresas (Adelantos en cuenta corriente). Si bien se registraron leves caídas de 33 pb. y 53 pb. para la tasa BADLAR y la de Adelantos en c/c respectivamente, la expectativa de devaluación y el continuo estado de “alerta” no permiten una profundización de la reducción en el costo del dinero, que es el objetivo final del gobierno y del nuevo BCRA.</p>
<p>Marzo arrancó “con una buena noticia” para descomprimir el combo fiscal-devaluador, la firma del DNU que estableció el sucesor del fondo del Bicentenario y que permitió un descenso de los seguros por default de la deuda argentina (vuelta al primer gráfico). Sin embargo la economía real continúa recuperando momento, la demanda se incrementa y los precios ya están mostrando una aceleración inusitadamente veloz. ¿Cuánto aguantarán los contratos a un año con una inflación que cada día se proyecta más por encima del 20%?</p>
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<p>Este artìculo se puede leer en <a href="http://www.abeceb.com/">abeceb.com</a>, economía online.</p>
<p>Cuando parecía que el sistema financiero y el BCRA esquivaban olímpicamente la crisis institucional de enero que terminó con la presidencia de Martín Redrado, en febrero la crisis de la deuda en Grecia, la continuidad de la incertidumbre sobre las necesidades de financiamiento del gobierno nacional y un BCRA más “devaluador” en los papeles frenaron el proceso de recuperación de las variables del sistema financiero local. Aunque estuvo lejos de resultar seriamente herido.</p>
<p>En primer lugar es importante remarcar que durante febrero comenzaron a realizarse planteos sobre la capacidad de repago de la deuda del gobierno nacional, ya que el Fondo del Bicentenario se encontró en un callejón sin salida. Si bien ya existía cierta incertidumbre en enero, que se reflejó directamente en el incremento de los Credit Default Swaps sobre la deuda soberana argentina, fue en febrero dónde los temores pegaron en punta y el CDS tocó techo en 1.199 puntos básicos.</p>
<p>Por otro lado, los temores de una mayor incremento del dólar, producto de la expectativa de un BCRA mucho más “productivista”, que aceleraría la tasa de depreciación del peso frente al dólar, comenzaron a sentirse en los mercados financieros, siendo los contratos Non Delivery Fowards del dólar reflejo directo de esto, negociándose un tipo de cambio a un año en valores cercanos a los $4.4175.</p>
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<p>La crisis importada de Europa y las dudas locales sobre las necesidades de caja del tesoro para financiar la deuda, produjeron en el mercado local un sacudón que pocos esperaban hace unos meses dónde el “veranito financiero” nos daba su calor. El febrero se dieron todos los eventos para que la demanda del billete americano resurgiese: temores fiscales + expectativas de devaluación.</p>
<p>Luego de 6 meses en los cuales el BCRA pudo terminar el mes cómo comprador neto en el mercado de dólares, en febrero se vio obligado a vender billetes americanos por un valor de US$ 231 millones, al mismo momento que la demanda privada de dólares “pegó” un salto y alcanzó los US$ 1.253 millones, cuando en meses anteriores era “estadísticamente” igual a cero.<br />
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