<p>Las nubes de cenizas y cristales aparecieron en un momento difícil para Europa occidental. Los estados, la Comisión Europea (CE) o el Eurogrupo (veintisiete ministros de hacienda de toda la Unión Europea) poco podrían hacer en materia de salvamentos o estímulos. Cualquier gasto adicional sería casi imposible: la Eurozona, por ejemplo, afronta un general endeudamiento público, ya insostenible en Grecia y Portugal.<br />
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Entretanto, el sector aerocomercial no anda bien desde hace años y lo sobrevuela el fantasma de la bancarrota, no sólo en la UE. Por ejemplo, el centro para la aviación en Asia Pacífico (CAAP) y la propia Asociación Internacional del Transporte Aéreo (AITA) calculan los quebrantos sectoriales –con llamativa latitud- entre 1.000 y 2.000 millones.<br />
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Sin duda, existen riesgos de que los efectos nocivos de la erupción islandesa persistan o se contagien a las economías en general. En concreto, experiencias anteriores sugieren que existe peligro de ulterior acción volcánica bajo los glaciares de la isla ártica. Ningún técnico en la materia se anima a hacer pronósticos. <br />
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Las posibles implicaciones económicas de nuevas erupciones afectarían el tráfico noratlántico, ejercerán presiones logísticas y trastornarán toda la red, no sólo la regional. Obviamente, viajes y turismo están más expuestos. Luego vienen los costos extras e indemnizaciones, como ya lo señala el aumento en primas de seguros. <br />
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Por su parte, más negocios sufrirán trabas y congestiones en sus cadenas mundiales de abastecimiento o procuración, cuyas entregas se basan en la modalidad “justo a tiempo”. Bastaron pocos días para que la nube perjudicara el comercio de rubros perecederos. Productos frescos de África, Latinoamérica, Levante o Asia sudoriental meridional fueron tirados a la basura porque no llegarían a Europa occidental o Estados Unidos en condiciones aceptables. <br />
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Absorber pérdidas actuales o eventuales será especialmente difícil para empresas que todavía venían saliendo de la recesión occidental 2007/9. Una hipotética persistencia de erupciones en Islandia y sus efectos puede ser por demás inflacionaria.<br />
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En lo tocante a turismo, la UE proyectaba sumar ingresos por US$ 2 billones. Si este verano el volcán vuelve a sacudirse, deberá añadirse pérdidas por US$ 1 billón en pérdidas del transporte aerocomercial, tanto de pasajeros como de cargas. <br />
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Aun si las utilidades de las compañías, aéreas o no, volviesen pronto a la normalidad, este tipo de desastres bien podría motivar a turistas y viajeros de negocios a depender menos de los aviones. Para el negocio, eso sería peor que varios volcanes juntos y el ámbito humano sería mucho menos global que hoy.</p>
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Siga activo o no, el volcán ya afecta economías de la UE
Más allá de potenciales demandas de pasajeros y aerolíneas o de una crisis aseguradora, varios países afrontan serios reveses. Al frente figuran los escandinavos, Gran Bretaña, Alemania, etc., que tendrán dificultades para financiar rescates.