<p>Hay otro serio inconveniente: según Yioryios Papaconstantinú, ministro de hacienda, las tasas barajadas por Alemania son prohibitivas. Entretanto, Angela Merkel continúa poco flexible: “sacar a Grecia del euro no es una opción válida y no daremos dinero de los contribuyentes sin antes ver un plan sostenible para salir de la crisis”.<br />
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Por un lado, varios medios europeos hablan de que Merkel cederá y rescatará a los griegos. Por otro, Guido Westerwelle –ministro de relaciones exteriores- reiteraba la intransigencia germana. En realidad, Berlín sigue distante del Fondo Monetario Internacional y la propia Comisión Europea, muy dividida. A punto tal que Franco Frattini, canciller italiano, censuraba la rigidez de Merkel.<br />
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Al fin, las tensiones en los mercados y los riesgos para el euro –el dólar ha subido casi 8% en cuanto va del año- morigeraban este martes el tono alemán. Pero no el trasfondo: la exigencia de un severo programa con recorte del déficit fiscal (14,1% del producto bruto interno en 2009), baja de salarios y otras drásticas reformas. Como lo admitían hace poco autoridades del FMI, ese tipo de solución suele agravar no resulta y suele agravar los problemas.<br />
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En cuanto a números y aun dando por hecho el préstamo puente (€ 9.000 millones), en mayo deberá quedar clara una decisión sobre el total de créditos bilaterales de largo plazo. Hay en juego alrededor de € 45.000 millones, de los cuales 20% debiera provenir de la reticente Alemania<br />
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Grecia: cautelosos signos de flexibilidad emite Alemania
El problema sigue igual, aunque la suma que precisa Atenas para el 19 de mayo sea 9.000 millones, no 13.500 millones. Ese día vencen varios créditos por el primer total que debiera aportar Berlín- y, sin un préstamo puente, habrá cese de pagos.