<p>En primer término, retornan las relaciones causa-efecto entre actividad en el interior de Islandia y pasajeros varados desde Lisboa o Barcelona hasta Malta y Túnez. La remota isla vuelve a castigar una imagen cara a la modernidad: el dominio del aire.<br />
Ya en el primer episodio, más graves, era irónico que sucediera mientras, en Washington, Barack Obama prometía poner hombres en Marte hacia 2023, empresa tan costosa como poco práctica. La nueva paralización de vuelos, entretanto, genera dos tipos de reacción.<br />
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Algunos se refugian en un admiración por fuerzas naturales desatadas ante la impotencia tecnológica y mentan sombras del Krakatoa, el Etna y similares desastres. Otros, en cambio, atormentan al personal de las aerolíneas, que casi nunca tiene respuestas convincentes. Así ocurría cuando aquel Airbus se estrelló en el Atlántico, sin necesidad de una nube gris oscura.<br />
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La ausencia del factor humano es desoladora, reiteran “blogs” y mensajes por Internet. En el fondo, todos redescubren una realidad tan obvia como olvidada: este planeta “no es propiedad de hombres ni dioses”, recuerda Enzo Boschi, Istituto italiano di geofísica e vulcanologia. En concreto, el experto señala que “los volcanes renuevan la corteza terrestre y nosotros debemos leer correctamente sus señales”.<br />
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Por supuesto, las cenizas en suspensión son sumamente peligrosas para motores y reactores. Esta vez, por lo menos, no se bloquearon vuelos por tiempo indeterminado. Es un paso adelante. No obstante, todavía es más fácil alcanzar Marte que controlar volcanes, sismos, maremotos, tifones y derrames petroleros. <br />
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Otra nube volcánica nórdica amenaza ahora el sur europeo
Este fin de semana, otra erupción bajo el glaciar Eyjafjallajökull pone en riesgo, desde el Ártico, vuelos en varis países. Este domingo, España cerró veinte aeropuertos. El nuevo arco castiga Portugal, Italia, Marruecos, Argelia y parte de Francia.