Riesgos y esperanzas

Cuando la imaginación nos transporta al año 2010, la primera sensación es de incertidumbre. Parece raro, porque no falta tanto tiempo y en los procesos históricos diez años no es nada; pero existe una sensación de fin de régimen y de país a la deriva. El camino parece bifurcarse: o continúa -y tal vez se profundiza- el esquema neoliberal, o bien se pasa a otro modelo de tipo reformista. Por Alfredo Eric Calcagno.

7 junio, 2010

<p>Cuando la imaginaci&oacute;n nos transporta al a&ntilde;o 2010, la primera sensaci&oacute;n es de incertidumbre. Parece raro, porque no falta tanto tiempo y en los procesos hist&oacute;ricos <i>diez a&ntilde;os no es nada</i>; pero existe una sensaci&oacute;n de fin de r&eacute;gimen y de pa&iacute;s a la deriva.</p>
<p>El camino parece bifurcarse: o contin&uacute;a &shy;y tal vez se profundiza&shy; el esquema neoliberal, o bien se pasa a otro modelo de tipo reformista. La naturaleza de la Argentina de 2010 depender&aacute; de cu&aacute;l sea el estilo de desarrollo que prevalezca. Cada uno tiene su esquema te&oacute;rico, sus grupos sociales de apoyo, su articulaci&oacute;n internacional y <i>cierta idea de la Argentina</i>.</p>
<p>La primera alternativa para el decenio consiste en la continuaci&oacute;n del modelo neoliberal, con la obediencia a las leyes del mercado, la minimizaci&oacute;n del Estado, la apertura externa comercial y financiera, el respeto a los equilibrios macroecon&oacute;micos. Supone la preeminencia del orden econ&oacute;mico por sobre los &oacute;rdenes moral y pol&iacute;tico. Implica el predominio econ&oacute;mico y pol&iacute;tico del sector financiero y de los intereses estadounidenses, as&iacute; como la extranjerizaci&oacute;n de las mayores empresas.</p>
<p>Los motores del sistema son la exportaci&oacute;n de productos primarios y la demanda interna de los grupos de altos ingresos. De all&iacute; que los sectores claves sean el primario exportador y los servicios e infraestructuras modernos (telecomunicaciones, carreteras, servicios financieros y comercio). La pol&iacute;tica econ&oacute;mica interna se caracteriza por una distribuci&oacute;n regresiva del ingreso, el papel del Estado como compensador de situaciones de pobreza, la baja de los costos laborales y la aspiraci&oacute;n de lograr el equilibrio fiscal. Para mucha gente, el ideal deja de ser el logro de un determinado tipo de pa&iacute;s; su m&aacute;xima aspiraci&oacute;n es <i>zafar</i> de la marginalidad y de la exclusi&oacute;n.</p>
<p>Este modelo neoliberal tiene importantes contradicciones estructurales, ya que en &eacute;l prevalecen factores que impiden la difusi&oacute;n del crecimiento y llevan a una sociedad dual. Entre ellos sobresalen la concentraci&oacute;n de la propiedad y del ingreso, la influencia decisiva del capital extranjero, el elevado componente importado en los bienes intermedios y finales, y la retracci&oacute;n del Estado. Sus factores de agotamiento son la desigualdad social y econ&oacute;mica &shy;que puede llegar a ser intolerable&shy; y la vulnerabilidad externa, pues las exportaciones est&aacute;n poco diversificadas y se depende de la entrada de capitales externos.</p>
<p><b><i>Cambio de modelo</i></b></p>
<p>La segunda posibilidad que nos plantea el decenio es el cambio de modelo. En un r&eacute;gimen alternativo, que llamar&eacute; reformista, los objetivos son diferentes: distribuci&oacute;n m&aacute;s justa de la riqueza y del ingreso, industrializaci&oacute;n, pol&iacute;tica nacional independiente. El sector productivo es el predominante, con el apoyo de los grupos de ingresos medios y bajos. Existe una idea de pa&iacute;s basada, por el lado de la producci&oacute;n, en actividades intensivas en materia gris, en mano de obra, as&iacute; como una mayor justicia en la distribuci&oacute;n.</p>
<p>El dinamismo del sistema se basa en la demanda interna y regional de bienes y servicios de consumo masivo y en la diversificaci&oacute;n de las exportaciones, incluyendo manufacturas. Los sectores claves ser&iacute;an el manufacturero, los servicios sociales, la construcci&oacute;n de infraestructura y viviendas, y los sectores exportadores de productos primarios integrados a la econom&iacute;a nacional. En este esquema, la pol&iacute;tica econ&oacute;mica interna ejecutar&aacute; una distribuci&oacute;n progresiva del ingreso, el Estado ser&aacute; regulador y planificador, existir&aacute; una mayor presi&oacute;n impositiva, mayores gastos en infraestructura y servicios sociales, pol&iacute;ticas activas de apoyo a empresas peque&ntilde;as y medianas, y pol&iacute;tica monetaria <i>desarrollista</i> con el financiamiento a la econom&iacute;a como principal fuente de creaci&oacute;n monetaria.</p>
<p>Los riesgos son el resurgimiento de la inflaci&oacute;n, si no se expande con rapidez la oferta interna; y el desequilibrio de la balanza de pagos si no se disminuye la elasticidad/producto de las importaciones y aumentan las exportaciones.</p>
<p>Sin embargo, la principal dificultad para la ejecuci&oacute;n de este modelo no es econ&oacute;mica sino pol&iacute;tica. Radica en que no coincide con la actual estructura del poder econ&oacute;mico, lo que no lo invalida, si pensamos en los cambios de modelo que tuvo la Argentina en los &uacute;ltimos 50 a&ntilde;os.</p>
<p><b><i>Alca o Mercosur</i></b></p>
<p>Esta nueva pol&iacute;tica implica la vigencia de otro modelo de desarrollo. Para que se advierta con claridad su significado, es ilustrativo se&ntilde;alar las consecuencias de cada modelo en materia de inserci&oacute;n externa. En general, esa inserci&oacute;n tambi&eacute;n marca el car&aacute;cter de los grupos internos hegem&oacute;nicos (cuando depend&iacute;amos de Inglaterra, predominaba la oligarqu&iacute;a terrateniente; ahora, con la preponderancia estadounidense, es el sector financiero).</p>
<p>La alternativa a la que nos enfrentamos ahora es el modelo neoliberal, con Alca, o el reformista, con Mercosur. El 2010 nos encontrar&aacute; incluidos en uno o en otro.</p>
<p>Con el modelo neoliberal se ir&aacute; al Alca y se dar&aacute; total libertad a los movimientos de capital; hasta es posible que estemos dolarizados. Nuestra pol&iacute;tica econ&oacute;mica depender&aacute; del sector externo, en particular de la continuidad del endeudamiento y de la inversi&oacute;n directa extranjera. No se revertir&aacute;, sino que se acentuar&aacute; el proceso de extranjerizaci&oacute;n de las empresas. La principal alternativa de pol&iacute;tica econ&oacute;mica ser&aacute; endeudamiento en abundancia o ajuste por recesi&oacute;n.</p>
<p>En cambio, la integraci&oacute;n al Mercosur plantear&aacute; una situaci&oacute;n muy diferente. Ante todo, se trata de una integraci&oacute;n entre iguales; a ninguno de los pa&iacute;ses miembros se le ocurrir&iacute;a intervenir en la pol&iacute;tica interna del otro. Nuestra estructura productiva se basar&aacute; en la industria, que podr&aacute; ser el principal rubro de exportaci&oacute;n al &aacute;rea. Ser&aacute; fundamental la realizaci&oacute;n de emprendimientos comunes, tal como lo hizo la Uni&oacute;n Europea en su nacimiento, con la creaci&oacute;n de la Comunidad Europea del Carb&oacute;n y del Acero (puesto que la finalidad era implantar la paz y las guerras se hac&iacute;an con carb&oacute;n y acero, se resolvi&oacute; que esos recursos fueran comunes a los estados europeos). En nuestro caso, existe un amplio &aacute;mbito para esos emprendimientos, desde la creaci&oacute;n de la l&iacute;nea a&eacute;rea y de navegaci&oacute;n mar&iacute;tima del Mercosur, hasta las acciones conjuntas en materia de energ&iacute;a at&oacute;mica, sat&eacute;lites y tecnolog&iacute;a. Despu&eacute;s de un proceso que de modo sistem&aacute;tico nos cercen&oacute; soberan&iacute;a nacional, podemos encarar otro que genere soberan&iacute;a regional desde el Mercosur.</p>
<p>En s&iacute;ntesis: en la alternativa neoliberal, en 2010 seremos un &aacute;rea geogr&aacute;fica subordinada (ya que no asociada) a Estados Unidos, con predominio econ&oacute;mico y pol&iacute;tico del sector financiero y con grandes desigualdades sociales. Por el contrario, en la posibilidad reformista, ser&iacute;amos un pa&iacute;s que desde el Mercosur est&eacute; tratando de reconstruir su aparato productivo, su capacidad de acci&oacute;n, su bienestar y su soberan&iacute;a. En el primer caso, no habr&aacute; riesgos, pero tampoco esperanzas. En el segundo existir&aacute;n peligros, pero seguiremos siendo una Naci&oacute;n.</p>
<p><i>Alfredo Eric Calcagno es Ex secretario general del Consejo Federal de Inversiones. Ex funcionario de las Naciones Unidas en la Cepal y la Unctad. Autor de 17 libros, entre ellos</i></p>
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<p>El universo neoliberal y La deuda externa explicada a todos.</p>

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