<p>Sin duda, hay tendencias inflacionarias también en Saudiarabia y sus emiratos cautivos. Pero, en su caso, se trata de demanda creada por ingresos excedentes. Por otra parte, no se trata sólo de alimentos –inclusive importados- , sino también de electricidad, agua, vehículos, electrónica de uso final, etc.</p>
<p>Naturalmente, los vaivenes entre el dólar y el euro afectan a los exportadores petroleros. Pero no pueden compararse con los problemas y las carencias de los países árabes sin hidrocarburos, desde Mauritania al superpoblado Egipto, Yemen, Palestina, Sudán, Nigeria y otros.</p>
<p>En general, son gobiernos autoritarios –si bien menos feudales que los de la península arábiga-, que deben subsidiar combustibles y alimentos y afrontar altos públicos. De lo contrario, arriesgan promover descontento social y político.</p>
<p>“Nada es barato hoy. Ni siquiera el perejil o el ajo, que otrora se regalaban con la compra”. No lo dicen argentinos memoriosos, sino comerciantes y público en San’a, Jartum o Dakar. Naturalmente, los sectores más pobres están más expuestos, como sucede en casi todo el mundo en desarrollo que no exporta ni granos ni hidrocarburos.</p>
<p>Algunos organismos multilaterales admiten que lo mismo ocurre en países no petroleros ni cerealeros de Latinoamérica. Pero Levante es un área mucho más delicada, porque se trata de árabe pobre contra árabe rico, en un territorio que –yendo de Egipto a Siria, por ejemplo- no supera el tamaño de Venezuela.</p>
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Ãrabes sin crudos, expuestos a insumos y alimentos caros
Los estados feudales de la península arábiga ganan miles de millones exportando hidrocarburos y no hacen nada por sus primos pobres. Sólo regímenes más modernos Libia, Argelia, Marruecos, Turquía, Siria- les prestan asistencia social.