<p>El antiguo expansionismo mandarín por los mares de la China meridional y oriental era tema de una reunión privada este viernes, durante la asamblea anual de Naciones Unidas en la sede neoyorquina. El encuentro fue entre Barack Obama y el primer ministro Wen Jiabao. Tema: docenas de islas reivindicadas por Beijing, Tokio, Taipei, Bangkok, Hanoi, Manila, Kuala Lumpur y Brunei.<br />
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El arco arranca al noroeste de Taiwan, donde Japón controla las islas Senkaku, prefectura de Okinawa, reclamadas por China y Taiwan. Mucho más al sur, la primera retiene las Paracelso, que se atribuye Vietnam (pero cercanas realmente a la península china de Hainan. Ya entre Vietnam, Brunei, Tailandia, Malasia, Filipinas, China y Formosa, las Spratley no están ocupadas, pero las reivindican siete países.<br />
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Este último caso parece extraño, pues Beijing y Taipei están muy lejos del archipiélago. La clave mezcla historia y geografía. Las aguas donde emergen las islas están todas en el mar de la China meridional, así llamado porque –hace un milenio- ese país tenía parte de Indochina y la actual Indonesia como tributarios. <br />
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La ocupación europea en el siglo XIX liquidó los residuos de soberanía china subsistentes. Pero, empezando el siglo XXI, Beijing vuelve a tener un peso regional e internacional, inclusive superior al de la época imperial. Además, hay otro factor que explica la entrevista Obama-Wen: la zona, otrora mayormente pesquera, es hoy rica en reservas petroleras. <br />
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Sobre todo, alrededor de las Spratley. Resulta interesante comparar esta situación con la de Malvinas. En el Atlántico sudoccidental, Gran Bretaña y Brasil han confirmado la existencia de hidrocarburos cerca de aguas reinvindicadas por Argentina. Pero, mientras Petrobrás emite US$ 78.000 millones en títulos para financiar su ambicioso plan petrolero y apoya la posición argentina sobre las islas, Estados Unidos respalda discretamente las pretensiones británicas, petroleras inclusive.<br />
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Ahora, un grupo de países asiáticos recurre a Washington para enfrentar los reclamos chinos y eso lleva a la reunión Obama-Wen. El bloque tiene cabildeo propio, la influyente Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSA), en tanto Buenos Aires cuenta con Iberoamérica. Pero Washington debe moverse entre la espada china y una pared que combina aliados militares propios (Tokio, Taipei, Manila, Surcorea, un pintoresco Brunei) con los neutrales Vietnam, Tailandia, Malasia e Indonesia.</p>
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Viejos desafíos geopolíticos en los mares de la China
En otra vuelta de tuerca, varios países piden asistencia a Estados Unidos para disputarle a China una serie de islas, islotes y atolones. Son enjambres entre Taiwán, la península de Hainan, el golfo de Tonkín, Vietnam, Filipinas y Borneo.