<p>El terreno exigió larga preparación a partir de agosto. En esa oportunidad, Bernanke aprovechó una reunión del comité de política monetaria, CPM, –el día 10- y la cita anual de banqueros centrales, el 27, para sugerir la idea de comprar deuda a tesorería para reemplazar bonos hipotecarios en su cartera a punto de vencer.<br />
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El 23 de septiembre, otra reunión del CPM le sirvió al presidente de la RF para declarar estar preparado “a suministrar liquidez adicional, de ser necesario, orientada a apoyar la recuperación”. Semanas más tarde, en Boston (15 de octubre), en medio de una campaña electoral con pronóstico reservado, un cauto Bernnake confiesa: “parece que, en igualdad de circunstancias, serán precisas medidas adicionales”. Esto es, una masiva intervención en el mercado financiero.<br />
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A nadie sorprendió, entonces, que este miércoles el alto funcionario –a quien la derrota del oficialismo en los comicios puede costarle cara-, tras coordinar acciones con sus colegas de la Eurozona, Japón y Gran Bretaña, fuera más explícito. “Para promover una recuperación económica consistente y controlar la inflación, el CPM resolvió expandir sus posiciones en cartera”. Dicho sin ambages, la RF inyectará US$ 600.000 millones en el sistema recomprando bonos del gobierno en el curso de ocho meses.<br />
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Naturalmente, Joseph Stiglitz, Paul Krugman, Nobel 2001 y 2008, Jeffrey Sachs, George Soros, Nouriel Roubini y otros –inclusive dentro de la propia RF- temen que esta decisión sea desesperada y refleje falta de opciones, al menos para funcionarios técnicos como Bernanke o el secretario del Tesoro, Timothy Geithner. Al respecto, Krugman recuerda que debe añadirse US$ 35.000 millones en letras que también substituyen bonos hipotecarios a vencer. Pero la cosa no acaba ahí: la RF ha dejado abierta la posibilidad de elevar la dosis si la economía no repunta en los próximos meses.</p>
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La Reserva Federal aplica una dosis de US$ 600.000 millones
Tras largas trepidaciones, Benjamin Bernanke y la Reserva Federal anunciaron una inyección extra sin precedentes. De ahora a fin del segundo trimestre de 2011, esta terapia en la que no muchos creen- significará US$ 75.000 millones mensuales.