<p>En primer término. Apoyar otra reestructuración, más drástica, de los pasivos griegos, portugués e irlandés, los tres cuya trayectoria es hoy la menos sostenible. Ello involucraría recortes presupuestarios, pase de deudas a títulos y esquemas similares, aunque no necesariamente flexibilización cuantitativa o cualitativa. La clave consiste en reducir obligaciones públicas a niveles aceptables.<br />
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Sola, ésta no sería una solución para todo. Al contrario, los mercados de bonos deducirán velozmente que toda la deuda pública de la Eurozona –salvo la alemana- no es segura. Por ende, para funcionar el plan debiera encarar dos pasos ulteriores.<br />
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El inicial, encontrar el modo de separar deuda nacional y deuda financiera. Eso implica cambiar la carátula “facilidad europea pro estabilidad financiera” (FEEF), el fondo de rescates, e incluirla con la reestructuración y el achique del sector bancario, La banca, en efecto, debe separarse de los estados miembros. <br />
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Esto aliviaría presiones sobre la deuda soberana, pero no resolvería el problema. Para lograrse, un segundo paso convertiría bonos nacionales pendientes, viejos o nuevos, en un título de tesorería común a la Eurozona. Dado que un bono único constituye el núcleo de una unión fiscal, también funcionará como esquema institucional. Por supuesto, señala Münchau, harán falta una nueva tesorería para la zona, pilas de reglas y control democrático. En otras palabras, el analista propone un nuevo tratado general.<br />
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Eso acabará con la crisis del euro y las especulaciones sobre su futuro. Pero, claro, esta propuesta no tiene posibilidades de imponerse. En primer lugar, por la oposición de la canciller Angela Merkel o eventuales sucesores. Tampoco la permitirá la corte constitucional germana ni pasará un referendo. Entretanto, otros países miembros nunca admitirían ceder control político sobre sus bancos. <br />
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Entonces ¿qué podría suceder? El experto cree que la Eurozona tiene una sola estrategia por ahora: rescates y luego contrarrescates. Axel Weber, presidente del Bundesbank, formuló días atrás un comentario revelador tocante a las macromatemáticas de la crisis: “los diversos fondos de salvamento totalizan € 925.000 millones y sólo dejan una brecha de € 145.000 millones con el máximo posible, € 1,07 billones. Por ende, la zona tendrá caja chica para afrontar otra crisis del euro”. ¿Y si ésa fuera el caso español?</p>
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La Eurozona avanza en camino a lo impensable
Un columnista alemán del sitio eurointelligence teme un colapso o una partición del euro. No está solo pero, en su caso, Wolfgang Münchau propone salidas que define como tan virtuosas como desagradables para gobiernos y público