<p>Richard Herring: Su primer libro,<em> Fooled by Randomness</em>, demostró lo poco que sabíamos de varias cosas. No pudo haber sido mejor anticipo de la crisis sistémica de 2007/09. Muchos creyeron saberlo todo y ganaron enormes bonificaciones, hasta que empezaron acumular pérdidas a rolete. No obstante, esa obra remitía a una era anterior y a sus problemas de <em>management</em> financiero.<br />
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Nassim Taleb: Sí, pero fue mucho más que finanzas. Ya entonces, afrontaba dos problemas y el segundo –el cisne negro- era el más difícil de curar. Pero el primero, “engañados por lo fortuito” era más manejable y, claro, desborda el campo de las finanzas. Por ejemplo, si un general gana una batalla, ¿fue por ser bueno o simplemente suertudo? Este tipo de problema tiene, empero, soluciones maravillosas.<br />
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Por el contrario, la cuestión del cisne negro es mucho más ardua y ninguna de sus soluciones es factible sin dar vuelta alguna arquitectura institucional. Esto hace que me cueste tanto hacer llegar el mensaje.<br />
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Herring: No lo creo así. Usted en verdad ha tenido sumo éxito en transmitir al menos lo fundamental. Suelo encontrar gente sin relación alguna con las finanzas que preguntan “¿nos vemos ante un cisne negro?”. La imagen pertenece al universo de la teoría fractal, un dominio muy, muy difícil de comprender para los legos.<br />
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Taleb: Cierto. Pero he venido tratando de poner en evidencia el real mensaje del cisne negro. En esencia, la figura trasunta entornos donde existen raros eventos sencillamente no predictibles. Sin embargo, la mayoría de los profesionales cree que puede predecir un cisne negro y, con suficiente refinamiento cuantitativo, obtener respuestas.<br />
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Pasan por alto un hecho: al no poder predecir cisnes negros, resulta inevitable restructurar instituciones y repensar estrategias. El objeto consiste en fortalecerse ante las incertidumbres.<br />
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En este terreno, los mapas son asaz difíciles de seguir y es preciso evitar que las cosas se desarmen demasiado tarde. También debe eludirse la deuda -pues sus mercados tornan más frágil el sistema-, elevar redundancias en ciertos espacios y escapar a la optimización. Todo ello es crítico de entender para quien practique finanzas, pues va contra cuanto reza la teoría de carteras.<br />
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Siempre he sido muy escéptico sobre cualquier forma de optimización: en el mundo de los cisnes negros, la optimización es imposible. A lo más, se reduce fragilidad.<br />
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En verdad, Talib despertó el interés del mundillo financiero en el fenómeno de los cisnes negros. Pero continúa siendo todo un problema cómo manejarlos, por ende debemos pasar al nivel siguiente definiendo qué es vulnerables y qué no.<br />
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Verbigracia, la helioenergía no es vulnerable a los cisnes negros. En cambio, la energía nuclear –acaba de descubrirse- está repleta de cisnes negros: ha sucedido el accidente del miles de años. En el curso de marzo a mayor de 2011 se han visto cisnes negros volando en un universo virtual muy movido.<br />
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Taleb y Herring, dos maestros en cisnes negros
Nassim Taleb maneja fondos de cobertura y es autor de “The black swan, the impact of the improbable”. Hace poco se reunió con Richard Herring, su ex profesor en Wharton, para debatir sobre futuros, opciones y los elusivos cisnes negros.