<p>La idea de que la oficina es un lugar específico donde se desarrolla la vida profesional de las personas ha perdido importancia. Hoy mucha gente que trabaja con el conocimiento puede trabajar en cualquier parte gracias a la difusión de dispositivos móviles, al acceso rápido a la Web y a un cúmulo de herramientas de colaboración.</p>
<p>Todo esto, más una cantidad de otras tecnologías que surgen a diario, prometen un fenomenal aumento de la productividad. <br />
Pero, como opina Andrea McAfee en Technology Review, si bien está cambiando la oficina física, no cambian algunas connotaciones de la palabra “oficina”. Hasta las más progresistas empresas de alta tecnología retienen conceptos como “organización jerárquica” y “lugar para la interacción humana”. Como los humanos siguen siendo animales sociales, los lugares convencionales de reunión seguirán siendo importantes en los negocios. Esos espacios, sean oficinas convencionales, oficinas temporales o lugares para conferencias, deben conducir a la colaboración.</p>
<p>Ahora que la oficina supera sus fronteras convencionales, los desafíos que se presentan incluyen temas de privacidad y seguridad en una fuerza de trabajo dispersa que trabaja en forma digital y usa múltiples dispositivos. Las nuevas herramientas, como aplicaciones en la nube deben ser no sólo fáciles de usar sino resistentes a los ataques y a la pérdida de datos. Los trabajadores necesitan mejores herramientas para simplificar los procesos de trabajo y manejar los grandes volúmenes de datos disponibles y aumentar productividad.</p>
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Hasta ahora, los aumentos de productividad generados por la tecnología informática han sido algo modestos, al menos comparados con los que se vieron en la manufactura. En 1989 el sector manufacturero estadounidense empleó 18 millones de personas; para 2009 esa cifra hacía caído a 11,8 millones. Pero aunque la fuerza laboral se contrajo 34%, el valor agregado por los fabricantes de Estados Unidos, o sea, el valor de su producción menos el costo de las materias primas compradas, creció 75%, a 1,78 billones. La productividad entre los trabajadores de cuello blanco también mejoró, pero no tanto.</p>
<p>Pero eso puede cambiar pronto. Cada vez más la gente soluciona sus problemas, como comprar un boleto de avión, comprar productos de cualquier índole, directamente con sus computadoras. Eso deja a la gente libre para solucionar los casos de problemas especiales, que son cada vez menos. <br />
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Los avances en inteligencia artificial podrían elevar todavía más la productividad. El reconocimiento de la voz, la traducción automática y el lenguaje sintetizado han mejorado notablemente. Ahora hay computadoras que pueden comprender y responder preguntas. Cuando las mejoras de productividad de estas innovaciones se tomen en cuenta, la diferencia podría ser notable. <br />
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Además, nuevos tipos de software pueden aumentar la productividad de los trabajadores que siguen en la oficina. Por ejemplo, un representante de servicio al cliente que maneja cuestiones técnicas puede trabajar con sólo un cliente a la vez en el teléfono, pero es fácil manejar dos o más clientes simultáneamente si el medio es la mensajería instantánea. En general, las oficinas pueden llegar a ser mucho más eficientes. <br />
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TI y aumento de la productividad
El aumento en la productividad de los empleados de cuello blanco derivado de la introducción de TI no es tan marcado como el que se ve en la manufactura, pero con la introducción de nuevos programas, herramientas y la posibilidad de la oficina virtual, pronto la productividad pegará un salto.