<p>En un gesto oportunista, el primer ministro Silvio Berlusconi –antiguo aliado de Muammar Ghadafi- se cortó solo y se encontrará el jueves con miembros del Consejo Nacional de Transición. Si lo reciben, pues están mudándose de Bengasi a Trípoli, donde ya no queda una bandera verde <br />
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Uno de los temas en carpeta para la conferencia es el papel de Naciones Unidas en la reconstrucción. Por de pronto, no habrá objeciones a los cascos blancos: como en otros lugares del mundo, los efectivos provendrán de países árabes, africanos y latinoamericanos, no de Occidente.<br />
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No obstante, los aliados mantienen sus objetivos de guerra. Vale decir, que el clan Ghadafi y sus tropas depongan las armas y se rindan. Especialmente, los mercenarios no libios que tienen de rehén a la prensa extranjera en el hotel Rixor. Un detalle llamativo: en la capital había gente ondeando banderas estadounidenses junto a las del ex reino libio.<br />
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Por supuesto, nadie quiere repetir el torpe error de George W.Bush en Irak (2003) proclamando “misión cumplida” antes de tiempo. Un factor político relevante es la vieja rivalidad entre Tripolitania (noroeste del país) y Barka-Cirenaica en el noreste.<br />
Tampoco queda en claro la postura de las tribus al sur (Fezzán), tanto árabes como bereberes. Por debajo de ese mosaico, asoma otro peligro social: represalias, ejecuciones sumarias y demás excesos al peor estilo balcánico. Algunos observadores creen que ese riesgo este minimizado por un desierto que cubre dos tercios de un país con apenas 6.500.000 habitantes en 1.800.00 km2 y sólo tres ciudades “grandes”.</p>
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Convocan conferencia sobre futuro de Libia
El presidente francés Nicolas Sarkozy y su colega norteamericano, Barack Obama, llamarán a una cumbre en París. Mientras resiste sólo Sirte patria chica de los Ghadafi-, la suerte del coronel ya no importa decía José Luis Rodríguez Zapatero.