<p>En un fin de semana con duras advertencias del Fondo Monetario Internacional y del secretario del Tesoro de EE.UU, Timothy Geithner, China temía que “se arriesgase una catástrofe”. Igual sostenía Mario Draghi, próximo presidente del Banco Central Europeo.<br />
<br />
No pocos expertos europeos se sorprendieron por el planteo de Estados Unidos a Bruselas, exigiendo “decisiones ágiles” que Barack Obama no logra para sus problemas sociopolíticos. Entretanto, Beijing exige “devolverles confianza a los mercados”, en una actitud alejada de las ideas económicas orientales, pero afín al bloque de países emergentes hoy muy activo dentro del G-20.<br />
<br />
Tampoco quedaron claras las alusiones a un “contagio” que amenaza a la propia Unión Europea. El comunicado final de la asamblea semestral conjunta FMI-Banco Mundial, el sábado, mostraba señales de alarma por ese mismo contagio. A su vez, altos funcionarios, banqueros y analistas presentes en Washington admitían en privado que consideraban ya inevitable un cese de pagos griego. Irritado, Evangelos Venizelos –ministro de Hacienda- exigía que su país “no sea chivo expiatorio de errores ajenos”.<br />
<br />
Por su parte, el Fondo señaló que otras economías industriales –en particular la norteamericana- “deben reconstruir sus mercados hipotecarios, promover el empleo y el crecimiento en mediano plazo”. Todo muy bien, pero el documento final no explica cómo hacerlo, hábito común cuando la entidad afronta pesos pesados, no países en desarrollo.<br />
<br />
Geithner insistió en que el BCE (todavía dirigido por el pálido Jean-Claude Trichet) “desempeñase un papel más activo para frenar la crisis de endeudamiento soberano. Al respecto, esgrime “la amenaza de insolvencia en serie y la pérdida de depósitos en la periferia de la Eurozona”. Sin aclarar si incluye Italia, por ejemplo.<br />
<br />
Antes de la asamblea conjunta, a Geithner no le fue bien en una gira europea. Tras un encuentro con Christine Lagarde, ésta volvió a reclamar “firmeza y liderazgo político para evitar otro colapso sistémico”. Aludía al de 2008/09. Ahora, también Zhou Xiaochuan (banco central chino) cree que la situación europea debe resolverse velozmente.<br />
<br />
En Francia, Nicolas Sarkozy prepara “una línea Maginot” para escudar los bancos privados. París ya no se limita a sólo la periferia de la Eurozona. Ahora se trata de € 500.000 millones en riesgo y el muro de contención propuesto por el G-20 tampoco podría ser suficiente.</p>
<p> </p>
Un escudo de 500.000 millones para la crisis
Este jueves, el parlamento alemán debe decidir sobre auxilios adicionales. Igual cometido le espera al grupo de los 20. Pero hay divisiones en ambas instancias, aunque Angela Merkel se muestre confiada en el voto berlinés… y en que Grecia cumpla.