<p>Pero el clima no era propicio para las negociaciones. Así lo evidenciaron ríspidos roces entre el presidente Nicolas Sarkozy y el primer ministro británico David Cameron. Mientras éste trataba de insistir en que, el 26, no se restrinja la inyección de liquidez a la Eurozona, el francés le gritó “tais toi!” (¡callate!). <br />
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Fue más allá y le recordó: “estamos hartos de que nos critiquen y nos digan qué hacer desde Londres. Por un lado, detestan el euro, como los suecos, y no quieren adoptarlo. Por otro, intervienen en nuestras deliberaciones por cuenta de ciertos bancos”.<br />
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En diez horas de acalorados debates en Bruselas, 26 de los 27 ministros de Hacienda del Eurogrupo (Grecia está excluida de facto) apenas consiguieron producir una estimación sobre carencia de capital en el sector bancario privado. Por tanto, “oficializaron” los € 108.000 millones identificados por la autoridad bancaria europea (ABE) en recientes ensayos de resistencia.<br />
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El monto final de la recapitalización debía definirse el domingo, pero no pudo ser. Por supuesto, la gresca entre el impulsivo Sarkozy y el atildado Cameron reitera la antigua renuencia de diez países de la Unión Europea a adoptar como única la moneda común de la Eurozona.<br />
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Este miércoles por la noche, entonces, se habrán realizado dos cónclaves: los dieciséis, que no ha servido de mucho, y la inminente cita de los veintiséis, ello es la UE sin Grecia. A esta altura, lunes, la situación es por demás complicada y ya se ha fagocitado semanas de reuniones preparatorias, minicumbres a dúo (por lo común, Angela Merkel con Sarkozy), apresuradas conferencias telefónicas, etcétera.<br />
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La postergación de domingo 23 a miércoles 26 obedece también a un factor “técnico”: es obligación de la canciller alemana informar al Bundestag (parlamento) antes de asumir cualquier compromiso financiero en nombre del país. <br />
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Pero hoy las diferencias entre Alemania y Francia son mucho más hondas. Por ello, al levantarse las sesiones en la víspera, París debió olvidar la idea de involucrar al Banco Central Europeo (BCE) en un aumento del Fondo Europeo pro Estabilidad Financiera (FEEF, € 440.000 millones desde 2012). Merkel se opone de plano a esa iniciativa.<br />
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Sea como fuere, hay actualmente dos esquemas en la mesa para reforzar el “superfondo” y llevarlo a un billón de euros. Uno propone que el FEEF actúe como reaseguro parcial de la deuda pública en países con problemas. El otro implica mayor participación del Fondo Monetario Internacional. En este momento, la mayoría de analistas independientes cree que, finalmente, se optará por una salida combinada.<br />
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Pero ¿cuándo?… La sombra helena no se disipa. Para aventarla, debiera estabilizarse una economía ultraendeudada: € 350.000 millones, o sea 162% del producto bruto interno). Esto entraña substanciales pérdidas para los bancos acreedores, a los cuales será preciso recapitalizar. Como insiste Merkel, “las negociaciones recién empiezan y es inútil especular al respecto”.<br />
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Se traba un acuerdo con grandes bancos
En teoría, un grupo de entidades financieras privadas debía encontrar el domingo 108.000 millones de dinero fresco, en seis a nueve meses, para fortalecer el sistema. Pero esa decisión y otras se postergaron hasta otra cumbre, o sea el miércoles.