<p>Una señal bastaba para ilustrar el clima: de pronto se suspendió la cita previa del Ecofin (ministros de Hacienda) debido a una “sublevación” de los diez países de la UE que no están en la Eurozona, o sea los diecisiete, contando Grecia. El grupo disidente –fogoneado por Gran Bretaña- denunció al resto por “abuso de poder”.<br />
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“Si esta cumbre fracasa, toda Europa hasta los Urales podría precipitarse en terreno desconocido” profetizó François Fillon. El primer ministro estaba involucrando nada menos que a Rusia, sin nombrarla. Por su parte, Nicolas Sarkozy lanzó un inesperado ataque a España e Irlanda por no controlar sus gastos fiscales. Lo mismo piensa Alemania sobre Italia.<br />
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Con el encuentro del Ecofin hecho trizas, el finés Olli Rehn (comisario para asuntos económicos de la UE) optaba por criticar a Italia. Según lo ve el miembro de la comisión europea, “las dificultades de Roma para poner en marcha un programa de austeridad y reformas tienen malos efectos en el resto de la Eurozona.<br />
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Ahora bien ¿qué se negocia este miércoles en Bruselas? En rigor, el segundo rescate de Grecia, un paquete de € 109.000 millones, inclusive aportes de bancos privados y fondos inversores privados. Las entidades financieras habían aceptado (21 de julio) un desagio de 21%, pero los gobiernos de la Eurozona han elevado la quita a 50/60%.<br />
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El segundo punto hace a la recapitalización para evitar un cese de pagos heleno, elevando a 9% la proporción de liquidez propia. Ello ubica el monto en € 108.000 millones. En tercer término, aparece el Fondo Europeo pro Estabilidad Financiera (FEEF), que pasaría de € 440.000 millones a algo más de un billón. Esta perspectiva se divide en dos: el FEEF actuaría como reaseguro parcial para países en riesgo o se armaría un esquema con participación del Fondo Monetario Internacional.<br />
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En cuanto a hipótesis, la más probable prevé medidas urgentes para evitar la quiebra de varios bancos. Ello implica mayores ajustes en Grecia, Portugal e Irlanda, para evitar contagios en España e Italia. La segunda variante depende de activar desde 2012 un “súper FEEF”. Las economías más expuestas seguirían sin cumplir aquellas exigencias, pero recibirían asistencia.<br />
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Naturalmente, la mejor prognosis posible sería una unión fiscal vía eurobonos. La peor, claro, acarrearía un cese de pagos descontrolado, con los bancos negándose a prestarse entre sí (call money) y la parálisis del sistema financiero.<br />
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Otra vez zozobra el acuerdo dijo Sarkozy
Le bastaron pocas palabras al presidente francés para pintar la situación. La Unión Europea nunca estuvo más cerca de una implosión, sostuvo en Bruselas. Ya reunida otra cumbre, subsistían divergencias que trababan el pacto del billón de euros.