<p>En pocos días, una a una las provincias chinas han secuestrado iPad en los comercios. Se esgrime una excusa legal: una causa por “robo de marca”, promovida en 2011 contra Apple por la firma Shenzhen Proview Technology. Según la accionante, al borde de la bancarrota, el nombre “iPad” es propiedad suya desde 2001.<br />
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El litigio se ventila en un tribunal de Shanghai y va a sentencia la semana próxima. Pero hay otras en curso en las ciudades citadas. No por casualidad, el asunto volvía a los medios mientras Xin Jinping, el nuevo vicepresidente y sucesor de Hu Jintao, visitaba Iowa, donde había estudiado en los años 80.<br />
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En tanto Gome, popular cadena de electrónicos, retiraba las iPad de las estanterías. La compañía sostiene que un operador de Taiwán había depositado el nombre hace once años y SPT lo adquirió poco después. En aquel momento, la poseedora era británica (<em>IP Application Development</em>). <br />
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El argumento de SPT es claro: Apple recién registra iPad en 2010. Pero hay otro factor: Foxcorn, la firma de Taiwán que emplea un millón de trabajadores en sus plantas chinas y produce la línea Apple, ha sido demandada por malos tratos a la gente. Debidos a ellos trece personas se suicidaron. <br />
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China y Apple en un duelo de titanes
Las hostilidades empezaron en Shijiazhuang, capital de Hebei, provincia que rodea casi toda Beijing. Otras urbes (de Zhenghou a Qingdao) la siguieron en la ofensiva contra iPad. Las tabletas dejaron de venderse tras inspecciones a la fabricante.