<p>Ya no hay certezas de seguridad ni confianza ciega en la tecnología creada para proteger a los ciudadanos del mundo de las fallas nucleares. Después del tsunami que el año pasado azotó a Japón y causó desperfectos en la planta nuclear de Fukushima la única seguridad es que no existe seguridad total. Aunque los expertos dicen que las filtraciones radiactivas podrían haberse evitado con un mejor sistema de contención, lo cierto es que hoy los expertos saben que la tecnología no es infalible y que es necesario trabajar para mejorar los controles de emergencia en plantas nucleares.</p>
<p>Hay que prepararse para lo peor. En Estados Unidos se lanzó un programa para asegurar un depósito extra de equipamiento refrigerante y la Comisión de Regulación Nuclear (NRC por sus siglas en inglés) aprobó nueva legislación para obligar a las empresas a prepararse para eventos peores a los que los reactores están diseñados para enfrentar, como sucedió finalmente en Fukushima.</p>
<p>¿Qué fue lo que pasó en Fukushima? El terremoto de 9.0 en la escala de Richter desestabilizó toda la planta cortando las líneas de energía. La energía de refuerzo, que funciona con Diesel, siguió enfriando a los reactores pero cuando llegó el tsunami todo se complicó. Ya no había energía en la planta cuando las olas golpearon contra ella. Pero los errores humanos fueron peores: ante la poca energía en la planta, los operarios decidieron ahorrar energía apagando los equipos refrigerantes por tres horas. Esto llevó a que se calentaran los sistemas y, finalmente, que hubiera incendios y filtraciones de material radioactivo. Y aunque este episodio no se cobró muertes la radioactividad provocó evacuaciones en masa y contaminó tierras en un radio de 8.000 millas.</p>
<p>Los expertos en energía nuclear dicen que la clave para controlar incidentes en el futuro – y así recuperar la fe perdida en la energía nuclear- es preparar “defensas profundas” ante emergencias. La idea de guardar equipamiento refrigerante en los sotanos, como ocurrió en Fukushima, indica que la planta no estaba preparada para lo peor. Hoy deberán estarlo.</p>
<p>La nueva generación de reactores tiene defensas extra, con refrigeradores ubicados estratégicamente. Los nuevos programas de emergencia tienen también depósitos de agua que pueden servir para controlar el calentamiento en una potencial catástrofe. La clave, otra vez, está en la calidad del equipo y en las regulaciones que imponga la NRC.</p>
<p>Si estos planes no terminan de convencer a la opinión pública las olas de protestas que se propagaron en Japón luego de los incidentes podrían llegar a otras partes del mundo. La realidad es que después de lo ocurrido en Fukushima la energía nuclear, su poder destructivo y las escasas regulaciones de seguridad –tanto estatales como corporativas- han puesto en duda las bondades de su utilización.</p>
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Planes para que no haya otro Fukushima
A un año del tsunami que causó fallas en la planta nuclear de Fukushima, en Japón, los expertos en seguridad nuclear dicen que, aunque se podrían haber evitado, hay que prepararse mejor para los más graves desperfectos de la tecnología.