Si bien es esperable que el tipo de cambio paralelo siga incrementándose vis a vis con la devaluación del oficial, el spread (la distancia) entre ambas cotizaciones no debería ampliarse en los próximos meses respecto de los valores que se registraron en la última parte de 2012 (en torno a 32%/33%).
Las presiones en el mercado cambiario paralelo deberían ceder tras el verano -al menos parcialmente- por razones de demanda y oferta. En el primer caso, desaparecerían los factores estacionales, como el pico de turismo. Mientras que por el lado de la oferta, la liquidación de la cosecha gruesa (en abril o mayo) proveería de divisas a la plaza formal, por lo que se relajarían ligeramente las restricciones al acceso para importaciones y turismo.
Durante los pasados días, el dólar paralelo rompió por primera vez la barrera de los US$/AR$7,0, alcanzando un valor récord de US$/AR$7,12 en la jornada del 09/01. Con esto, la divisa norteamericana marcó un registro máximo en el mercado informal desde que se impusieran las restricciones cambiarias a fines de 2011.
Mientras tanto, en el circuito oficial el Banco Central aceleró marginalmente el ritmo de depreciación, llevando el valor del dólar a AR$/US$4,94. Pero esto no fue suficiente para evitar que la brecha entre ambas cotizaciones se incrementara hasta 44%, diferencia que no se alcanzaba desde mediados del año pasado, cuando la intensificación de los controles cambiarios la elevó a 48%.
Detrás de esta disparada del “blue†aparecen cuestiones estacionales. Principalmente, el incremento en la demanda de divisa extranjera por el turismo de verano. Esto es, ante la imposibilidad de adquirir dólares en el circuito oficial producto del cepo, muchos turistas han acudido al mercado paralelo, presionando al alza sobre la cotización “blueâ€. También podría atribuirse parte de este fenómeno a la mayor disponibilidad de pesos provenientes del medio aguinaldo, que se habría volcado, en parte, al atesoramiento de moneda extranjera. De todos modos, cabe aclarar que el mercado informal es reducido, de manera que presiones menores suelen tener un impacto considerable en la cotización de la divisa norteamericana. Lo que explicaría la gran volatilidad mostrada por el valor del dólar “blue†en períodos de alta estacionalidad o de mayor incertidumbre (como fueron los primeros días de endurecimiento de las trabas al acceso al mercado formal el año pasado).
Ahora bien, ¿qué podemos esperar de cara al futuro? Si bien es esperable que el tipo de cambio paralelo siga incrementándose vis a vis con la devaluación del oficial, el spread entre ambas cotizaciones no debería ampliarse en los próximos meses respecto de los valores que se registraron en la última parte de 2012 (en torno al 32%/33%).
Es que las presiones en el mercado cambiario deberían ceder -al menos parcialmente- por razones tanto de demanda como de oferta. En el primer caso, dado que desaparecerían los factores estacionales (el pico de turismo suele producirse en enero cediendo intensidad en los meses siguientes). Mientras que por el lado de la oferta, la liquidación de la cosecha gruesa (en abril, o más probablemente mayo, dado el retraso en la cosecha que estaría ocasionando el exceso de lluvias) operaría en la misma dirección, a medida que se vaya proveyendo de divisas la plaza formal y se relajen ligeramente las restricciones al acceso para importaciones y turismo. Aunque este alivio podría no ser tan significativo si los productores agropecuarios decidieran destinar parte de los pesos que reciben a cambio de las exportaciones a comprar dólares en el mercado paralelo.
Con todo, y si bien se espera que 2013 presente un panorama algo más despejado en materia cambiaria que tendería a quitar presiones al blue, el mercado paralelo seguirá en el centro de la escena en la medida que el ritmo de devaluación se mantenga lento frente al avance de los precios domésticos.
Informe de abeceb.com