Desde hace varias semanas, ronda la idea de un desdoblamiento cambiario o de que se formalice el ya vigente mediante una devaluación, pero ni este, ni ningún esquema de política cambiaria, van a dar un corte a la incesante escalada del dólar blue, ya que el problema central es el exceso de oferta de pesos. Es la conclusión que saca abeceb.com en su informe trimestral macroeconómico.
“La gente vuelve a tener la sensación de que el dólar está barato, y se vuelca a comprar divisas en todas las ventanillas que aún tiene disponible (blue, contado con liquidación, turismo). Esto impulsa la demanda del dólar paralelo y, como consecuencia del tamaño de este mercado, se transforma en grandes oscilaciones del precio, amplificando el ruido”, subraya.
Describe el reporte que cuando el común de la gente quiere deshacerse de los pesos que tiene en el bolsillo porque siente que pierden valor, compra bienes para ganarle a la inflación o dólares para ganarle a la devaluación, explica. Desde 2012 ganó todavía más espacio esta segunda opción. Y por eso la brecha creció, ya que no es más que el espejo donde se refleja el sobrante de pesos.
¿Cómo se podría medir? Una opción, quizás no muy sofisticada pero sí muy intuitiva y fácil de entender y seguir, es considerar el tipo de cambio implícito que surge del ratio entre alguna medida de la cantidad de dinero que hay en la economía y las reservas del Banco Central. Esto es, a qué precio podrían cambiarse todos estos pesos por dólares. Si se encuentra muy disociado del tipo de cambio oficial, entonces habría un problema (tanto por encima como por debajo).
Una buena medida del “poder de fuego” del BCRA para hacer frente a una posible corrida contra el peso es considerar la relación entre las reservas y la base monetaria (circulación monetaria + encajes), ajustada por los pases netos del BCRA y restando los redescuentos a los bancos.
El tipo de cambio blue se ha movido siempre en línea con este ratio. Así, mientras que este cociente siga creciendo, la presión sobre el tipo de cambio blue seguirá vigente, y se estará expuesto a comportamientos volátiles como los de estos días.
¿Qué es lo que determina la evolución del ratio? Por detrás de este concepto tenemos dos de los problemas centrales de la política económica. Por un lado, poder controlar el incremento del numerador, es decir, la emisión de pesos. En un escenario donde la dominancia fiscal sobre la política monetaria es la regla, el objetivo luce como de muy difícil alcance.
Sin una solución al crecimiento exponencial de los subsidios, no habrá posibilidad de poner fin al sobrante de pesos en la economía.
Por el otro lado, es necesario poder controlar la evolución de las reservas internacionales. Y ahí entran en juego cuestiones como el comercio exterior, el turismo, la inversión extranjera directa y la fuga de capitales.
Pero también nuevamente la cuestión fiscal, ya que la decisión de no acudir al financiamiento externo (a esta altura una decisión meramente política, ya que hay opciones para resolver el impedimento que rige actualmente) y pagar con recursos propios ha puesto una presión extra no menor sobre el balance del BCRA.
La solución a todas estas cuestiones es atacar la elevada inflación, causa primera del atraso cambiario, recomienda abeceb.com, y cuestiona la respuesta de las autoridades gubernamentales, que siguen intentando tapar de a uno los “agujeros” que van apareciendo al corset del cepo cambiario.
La consultora saca la conclusión de que por el actual camino no se hace más que reforzar la sensación de incertidumbre y coordinar de manera negativa las expectativas, generando un círculo vicioso.
Y advierte que las consecuencias indeseadas seguirán surgiendo sin aviso, de continuar en este rumbo: en algún momento no alcanzarán las manos disponibles, con todos los riesgos que un escenario como este tiene aparejados.