El viaje ha sido anunciado oficialmente por los gobiernos de Brasil y Estados Unidos, aunque hasta ayer Washington no había confirmado su carácter de visita de Estado. La agenda de dicha visita de Estado incluirá cuestiones económicas, comerciales y de inversiones.
Atribuye El País al ministro de Exteriores brasileño, Antonio Patriota, haber propiciado la invitación exactamente un año antes de las elecciones presidenciales del 2014, en las que con toda seguridad Dilma Rousseff se representará de nuevo.
Su predecesor, Lula da Silva, nunca fue recibido durante sus mandatos por la Casa Blanca, máxima distinción que se reserva para los socios más estratégicos y conlleva algunos protocolos, como una cena de gala en la sede gubernamental y una visita a las instituciones norteamericanas como el poder Judicial y el Congreso.
Los analistas políticos han subrayado que la visita de Estado de Rousseff a EE.UU., después de la última de Cardoso hace 18 años, supone un espaldarazo político internacional que le será útil en su campaña en las elecciones del año próximo.
Brasil expondrá en Washington su interés en trabajar conjuntamente con EE.UU. en la exploración de gas natural, aprovechando la tecnología desarrollada por los norteamericanos para la explotación del producto, afirma la edición americana del diario español.
Al hacer el anuncio, el secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, elogió la actuación global de Brasil en el mundo a favor de la paz, su presencia en Haití y en su papel en la crisis humanitaria de Siria. Kerry, gran aficionado al fútbol, ha confirmado su presencia en Brasil el año próximo para seguir el Mundial.
