La perspectiva de nuevas rebajas y el compromiso de mantenerlos, como mínimo, a su nivel actual fueron recibidos con euforia en los mercados europeos, pero hundió la cotización del euro frente al dólar en el día de la Fiesta Nacional de Estados Unidos.
El economista italiano rompió así con la costumbre, observada tanto por él como por sus dos predecesores desde 1998, de negarse a hacer pronósticos claros sobre el desarrollo del precio del dinero europeo.
El jefe del banco emisor del euro dijo que por ahora está muy lejos la hipotética salida de las actuales políticas monetarias expansivas.
Los tipos de interés están en 0,5% desde el pasado mayo.
Draghi no renunció, sin embargo, al habitual toque de misterio en su anuncio: un período prolongado no son seis meses, no es un año, es un período prolongado.
Aseguró que el paso sin precedentes de ofrecer una perspectiva sobre las próximas decisiones relacionadas con los tipos de interés se ha tomado por unanimidad en el Consejo de Gobierno del BCE, donde también se sienta el presidente del Banco Central alemán (Bundesbank), Jens Weidmann.
El Bundesbank se ha destacado por su escepticismo ante las medidas extraordinarias contra la crisis que está adoptando Draghi.
Penalización del euro
Los directivos del BCE ven improbable que la inflación supere a medio plazo el 2%, considerado el máximo conveniente por sus economistas.
Este moderado riesgo para los precios y la debilidad general de la economía en la eurozona permiten mantener bajos los tipos de interés.
Draghi aclaró en su rueda de prensa en Fráncfort que 50 puntos básicos no son el mínimo para los tipos de interés.
El BCE no descarta tampoco fijar tipos negativos para sus depósitos, que ahora salen gratis. Introducir tipos negativos sería una especie de castigo para los bancos que se endeudan a bajo precio para después depositar su dinero en el Banco Central, en lugar de ofrecer créditos en Europa.
Aunque inesperados, estos anuncios son realidad bastante cautelosos y no tienen consecuencias inmediatas.
A juzgar por su efecto en las Bolsas, Draghi repitió el éxito del año pasado, cuando calmó los mercados de deuda europeos con el mero anuncio de que haría “lo que sea necesario” para estabilizar la eurozona.
Ahora estamos, dijo ayer Draghi, ante un nuevo tipo de comunicación por parte de la entidad que preside. También los bancos centrales de Estados Unidos (Fed) y Japón, así como el de Inglaterra, han cambiado en el mismo sentido sus políticas de información, en un intento de fomentar la estabilidad en los mercados.
El BCE quiere contrarrestar los efectos negativos que tuvo el reciente anuncio del jefe de la Fed estadounidense, Ben Bernanke, que pronosticó en junio el paulatino final de sus generosos programas de compra de deuda e inyección de dinero en los mercados.
Draghi dijo ayer que el BCE no está reaccionando a las decisiones de otros bancos centrales, pero describió los problemas de liquidez y la sequía de crédito en la eurozona antes de explicar que hacen lo posible para reaccionar ante la volatilidad en los mercados, a su vez consecuencia de sucesos que tuvieron lugar fuera de Europa.
Comentó además las recientes turbulencias por el recrudecimiento de los problemas en Portugal.
La reciente crisis de Gobierno y la dimisión del ministro de Finanzas, Vitor Gaspar, sacudieron esta semana los mercados de deuda.
Según Draghi, Portugal está en buenas manos con su nueva ministra de Finanzas, Maria Luis Albuquerque. El país atlántico, dijo, ha logrado resultados muy destacables y significativos, incluso excelentes con sus reformas.