Con el objeto de comprobar la veracidad de la hipótesis, Aegis media creó en Facebook una marca inventada que llamó Ashwood Furnishings y definió como una marca con 150 años de historia y alcance internacional. Seleccionó un campo con 600 usuarios a quienes se les envió la fanpage. Los investigadores comprobaron que cuanto más “likes” tenía la página mejores valoraciones recibía en términos de interés, confianza, consideración y recomendiación. Y a medida que crecía el número de fans de la página los encuestados señalaban un precio más caro de los muebles. O sea, asociaban muchos “me gusta” con un producto más caro.
Sin embargo, según los resultados de la investigación, el efecto positivo que tiene el número de Likes en la percepción de la marca va decreciendo paulatinamente a partir de los 200.000 fans, donde los encuestados se mostraban más desconectados. Quizá porque entienden que su voz no va a ser oída en medio de una multitud tan numerosa o porque se sienten una parte muy pequeña dentro de una comunidad tan inmensa. Pero lo cierto es que a partir de ese umbral, empieza a decrecer el interés.
También detectaron diferencias de género: las mujeres fueron más receptivas y tuvieron respuestas más positivas que los hombres.
Una vez publicados los resultados de la investigación en la Semana de los Medios Sociales en Londres, muchas marcas comenzaron a preocuparse si no habrán tal vez amasado comunidades de fans ddemasiado grandes y, por ende, no estar logrando los objetivos de llegar a quienes realmente les interesa.
Ya quedó en el olvido la compra de fans y no son muchos los que se animan a inflar artificialmente el número de fans. Hay muchas empresas que están dando marcha atrás y limpiando sus listas de fans en cuentas falsas.
