Ante la versión de que Washington respondería con un activo apoyo ante la Justicia a las medidas económicas adoptadas por la administración de Cristina Kirchner en consonancia con recomendaciones de ajuste que suelen integrar el repertorio del Fondo Monetario, el titular del think tank que estudia Estados Unidos y las relaciones internacionales de poder afirmó que en tanto en los manejos públicos cuanto en las opiniones apoyará el proceso de cambio que inició el país para evitar que “la sangre llegue al río”.
“El interés internacional es que no haya grandes sobresaltos. Los problemas de los países trascienden, lo mismo los regionales, por lo que podemos hablar en este caso de que se ha forjado una visión positiva para que no haya grandes problemas”, opinó según la agencia DyN quien será anfitrión en apenas dos semanas de una cena en Buenos Aires que congregará en el hotel Panamericano a políticos, legisladores, jueces, académicos, empresarios y sindicalistas y en la que disertará un influyente integrante del núcleo de allegados a la Casa Blanca, el politicólogo Michael Werz.
Si bien Estados Unidos comprometió ayuda a la Argentina ante el Club de París y los centros financieros en la medida en que haya avances en las decisiones en materia económica en consonancia con las reglas de juego del sistema internacional, como sugirió días pasados en Buenos Aires el director para el Cono Sur del Departamento de Estado, William Ostick, “ese acercamiento no debería ser interpretado como un toma y daca cincunstancial, sino que propiciará una visión positiva de Washington para que no haya grandes problemas”, aclaró el presidente del Centro de Estudios Americanos.
Consultado sobre si el rumbo adoptado por Argentina guarda relación con recetas del FMI, analizó que “el ministro de Economía viajó a Europa, estuvo en el Club de París, en una gestión personal de la que el gobierno en pleno, incluida la Presidenta, estaban conscientes en cuanto a la dirección que estaban tomando y a lo que podrían encontrarse al momento de plantearse un acercamiento, cómo serían recibidos y los temas pendientes”.
De todos modos, contextualizó esta etapa bilateral “en términos de tiempo, ya que las relaciones llevan años, con lo que es lógico que la actual se encuadre en el marco del proceso institucional de dos años que desembocará en el cambio de gobierno de 2015” -señaló para destacar: “Sí podemos decir que esta etapa de indiferencia que había para con la Argentina de algún modo se está terminando y una vez más el país está llamando la atención por los cambios que ya se están produciendo y por esta apertura, por lo menos en la mentalidad, a ideas de trabajar con el mundo y ponerse al día con algunas cuestiones atrasadas con el sistema económico internacional”.
En cuanto a las últimas visitas a Estados Unidos de aspirantes a la Presidencia, como Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa, opinó Savino que son lógicas en la medida que “Argentina tiene graves problemas, como tantos países en el mundo, y el mundo tiene grandes soluciones, en momentos en que se mira el horizonte internacional para encontrar cuál es la salida en los problemas nuestros, a dos años vista de un futuro cambio político”.
El 9 de abril, la expectativa sobre la marcha de la relación con Estados Unidos se trasladará a Buenos Aires, al constituirse un foro convocado por el Centro de Estudios Americanos para desarrollar los dos programas principales que motoriza: uno, que es para entender a Estados Unidos y el sistema internacional, y el otro que tiene que ver con las ideas políticas y las propuestas que pueden surgir de la clase dirigente en nuestro país, del que participarán como panelistas representantes de las fuerzas políticas que disputarán la próxima elección en Argentina.
La presencia del miembro del Centro para el Progreso Americano, fundado y dirigido por el ideólogo demócrata de la Casa Blanca, John Podesta, y de la plana mayor de la embajada y del núcleo empresarial del País del Norte, inaugura un renovado enfoque del potencial de los negocios compartidos, subrayaron los organizadores.