sábado, 23 de noviembre de 2024

¿Optará Buenos Aires por una veda en tránsito?

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Si la Ciudad de Buenos Aires adoptara la jornada de veda de auto que desde hace 15 años se aplica en Bogotá – y que la Capital misma adoptara en los 70 — un millón y medio de coches particulares dejarían de circular y el transporte púbico podría verse en toda su dimensión.

El casi millón y medio de vehículos que atosiga diariamente el área metropolitana argentina ha convertido al tránsito en una odisea y a los estacionamientos en una quimera.

 

Resignados, los automovilistas se recluyen en su vehículo a veces hasta dos horas y soportan inmóviles que el semáforo cambie a la luz verde sin que se mueva el abigarrado tránsito ni un metro. Bocinazos, imprecaciones y hasta algún que otro suspiro por la tarjeta Sube son la puesta en escena cotidiana de un problema que, lejos de atisbar una solución, agrega más tensiones al problema.

En la capital de Colombia ocurre algo similar, pero por segunda vez en este año le dedicaron una jornada a que el auto quede casa, lo que significa que más de 1.500.000 de coches de uso particular dejaran de circular. La primera fue en febrero y todo apunta a que vendrán dos más por el éxito que para la alcaldía deja este ejercicio, escribe en El País edición americana Elizabeth Reyes. 

 

Por 14 horas y media, el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, quien este año deja su cargo en medio de polémicas como la prohibición de las corridas de toros, limitó la circulación de coches particulares y motos.

 

De esta forma obligó a muchos a usar el transporte público, los taxis y las bicicletas.

 

El transporte público por automotor es criticado a diario por su mal servicio. Aun así, según reportes de las autoridades de movilidad, 1.830.000 personas, un 4,7% más, utilizaron Transmilenio, el servicio de buses articulados que a falta del metro, transporta a los bogotanos.

 

En Argentina, todos los días entran y salen mensualmente entre 195 y 200 millones de pasajeros utilizan los distintos medios de transporte urbano y suburbano de la Ciudad . En la Ciudad circulan más de 38.500 taxis.

 

De ellos, alrededor de 26 millones lo hacen en subterráneo y premetro y aproximadamente 26 millones, en tren; el resto se traslada en las líneas de colectivos que cumplen la totalidad de su recorrido en la Ciudad y en las que se dirigen, también, hacia el Gran Buenos Aires.

 

El último registro que aporta la Ciudad de Buenos Aires es que 1.181.500 vehículos entran y sale por día a través de los accesos, ya que a una población porteña de 2.890.151 habitantes, su aglomerado urbano, el Gran Buenos Aires, integra a la parte de los 12.801.364 habitantes que interactúa con la Capital Federal a diario. Es ésta la mayor área urbana del país, la segunda de Sudamérica, Hispanoamérica y del hemisferio sur, y una de las 20 mayores ciudades del mundo. Es, junto a San Pablo y el Distrito Federal de México, una de las tres ciudades latinoamericanas de categoría alfa, según el estudio GaWC. 

 

La experiencia bogotana de la veda por un día es que no solo el sistema de transporte masivo tuvo más usuarios y los ciclistas pudieron moverse a sus anchas, sino que se redujo la contaminación.

 

En la tarde, la ciudad, con cerca de 7 millones de habitantes, estaba medio vacía de vehículos, pero en las ciclovías era fácil encontrar a cientos de ciclistas.

 

El llamado Sistema Integrado de Transporte, SITP, fue utilizado por poco más de un millón de personas, un 19% adicional a lo que lo hacen en un día normal.

 

Y fue precisamente ese incremento en el número de usuarios del transporte público el que provocó que en las horas pico, en la mañana y en la tarde, se presentaran largas colas, más que las habituales, para ingresar a las estaciones de Transmilenio.

 

También, que a muchas personas les tocara esperar por un buen tiempo los buses del sistema integrado que iban atiborrados de usuarios. Esto evidencia que hay que mejorar la oferta si lo que se busca es incrementar el uso del transporte público.

 

Los ciclistas, en cambio, fueron los reyes de la jornada. Según los reportes, los ciudadanos usaron la bicicleta un 117% más.

 

“La ciudad no se paralizó. La ciudadanía se movilizó en transporte público y en bicicleta”, dijo Gustavo Petro, defendiendo la iniciativa. Se suma el impacto positivo en la reducción de la contaminación ya que los niveles de hollín, humo y polvo bajaron un 15%.

 

Solo una vez al año en Bogotá se vive el día sin carro, con la idea de que los usuarios de vehículos particulares utilicen más el servicio público y la bicicleta, pero ahora la alcaldía quiere extender la iniciativa a más días, lo que para algunos analistas distrae del gran problema de movilidad que tiene la capital por la falta de infraestructura y de cultura ciudadana, entre otras cosas.

 

El gremio de los comerciantes es uno de los que se opone y ha denunciado los graves efectos que supone para el sector, por el bajo flujo de compradores.

 

Bruce Mac Master, presidente de la ANDI, el principal gremio, calificó como “valioso” el experimento, pero sostuvo que tiene “un costo para la economía, ya que afecta a muchos sectores”.

 

Sin embargo, Bogotá demostró una vez que está aprendiendo a vivir sin coche, aunque sea por unas horas.

 

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