lunes, 23 de diciembre de 2024

La felicidad se ha convertido en negocio

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Es la más grande idea de nuestra era, una nueva religión dedicada al bienestar y un concepto útil para las instituciones. Un libro de reciente aparición titulado “El negocio de la felicidad” describe la aceleración de los esfuerzos de las empresas por ubicar, medir y aprovecharse de ese sentimiento.

Tan importante se ha convertido esta idea que En 2014, un monje tibetano habló ante los líderes mundiales reunidos en Davos sobre la importancia de la felicidad. 

El libro de William Davies define “El negocio de la felicidad” (The Happiness Industry en su título original) como el intento de las grandes empresas y de los gobiernos por controlar y cuantificar nuestro estado de ánimo. Luego usa esa información cada uno para sus propios fines.

En algunas áreas de economía, management, marketing y neurociencia, dice, nuestras emociones se han convertido en un nuevo recurso que se compra y se vende.

Davies es sociólogo y se pregunta si realmente queremos que nuestras emociones se conviertan en datos que luego se analizan para que las marcas nos vendan más cosas, para que las apps tomen más decisiones por nosotros y nuestros empleadores tengan un papel más activo en nuestro bienestar.

“EL negocio de la felicidad” es un perfecto retrato de nuestro tiempo. Las empresas analizando nuestros tweets. Los rostros siendo escaneado en los lugares públicos. El intento de los investigadores de mercado y de los neurocientíficos de ubicar ese “botón de compra” en nuestro cerebro que nos va a llevar a llenar el carrito en el supermercado.

El valor de la felicidad para las empresas

Las empresas siempre han intentado predecir e influir en la conducta de la gente. Eso ocurre desde hace cientos de años. Pero en los 20  se ha producido un incremento del interés en la felicidad y los sentimientos positivos porque hay pruebas que muestran que la felicidad en el trabajo contribuye a la productividad  y porque el estrés condice a la ausencia del trabajo. También se sabe que en el mundo del marketing – que desde los 90 está sustentado por la neurociencia —  la mejor manera para que las marcas logren lealtad en los consumidores es tratar de instilar una reacción emotiva positiva en los consumidores.

 La publicidad, por ejemplo, siempre tuvo una dimensión manipuladora: todos seremos felices si tomamos determinada marca de gaseosa o de cerveza. Todos seremos felices si somos los dueños de una marca deportiva de auto, y muchos etcéteras más. Ahora las ciencias de la conducta y las neurociencias hacen mucho por apoyar eso, dice Davies

En 2014, Facebook publicó un trabajo académico que realizó y publicó en una revista universitaria donde explica un experimento que realizaron sobre “el contagio emocional”, que es la idea de que tu estado de ánimo es influenciado por el estado de ánimo de aquellos con quienes socializas. . Durante un mes, Facebook manipuló las noticias de alrededor de 700.000 personas para ver si podían ejercer alguna influencia sobre el tipo de cosas que la gente posteaba. . Usaron varias técnicas de monitoreo como el “análisis de sentimientos”

¿Quiénes son los clientes de Facebook? Los anunciantes y los investigadores de mercado, no nosotros.  Nosotros somos el producto que se ofrece a los anunciantes. Claro que Facebook nos permite la oportunidad de interacciones sinceras con nuestros amigos, pero siempre está  detrás esa sensación un tanto preocupante de que nos están controlando.  Tal vez sea el precio que tengamos que pagar por usar esas herramientas gratuitamente.

 

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