Las madres primerizas que se acercan, sigilosas, todas las noches para chequear la respiración de su bebé lo saben bien: dormir tranquilas, con un recién nacido, es un imposible; una batalla sin cuártel contra la ansiedad. Entre los pánicos más comúnes está la muerte súbita; un destino infeliz para bebés sanos y felices que merecen por negligencia o desconocimiento. Dormir boca abajo, parece, aumenta las posibilidades de la muerte súbita exponencialmente.
Con esto en mente Karin Bunzeck y Veronica Homps decidieron traer a la Argentina un producto que se usa mucho en Europa y Estados Unidos: las bolsas de dormir para bebés que actúan como un capullo protector para el bebé, impidiendole movimientos bruscos en las sábanas que lo pongan boca abajo.”Nuestra bolsa de dormir está diseñada para disminuir la mortalidad infantil brindando un sueño seguro. La bolsa de decir reemplaza mantas y sábanas sueltas que pueden cubrir la cara del bebé e interferir con su respitación”, explica Veronica Homps.
Llamaron a su empresa Kimona y, con fabricación nacional, salieron a comerciar el producto en tres canales: como regalo institucional a obras sociales, laboratorios y empresas; a maternidades/hospitales/sanatorios tanto para uso interno y como regalo para recién nacidos; y por ultimo la venta al por mayor y menor a madres (venta a través de distribuidores, online, y venta directa).
“Estudiamos las recomendaciones internacionales de un sueño seguro y las medidas de seguridad que tiene que tener una óptima bolsa de dormir. Recopilamos las mejores bolsas de dormir del mercado europeo y americano y comenzamos la fabricación de nuestra propia bolsa con materiales locales. Presentamos nuestro prototipo a FEMIP, quien es la principal fundación argentina que estudia la muerte súbita. FEMIP hoy adhiere el concepto que nuestra bolsa posibilita el sueño seguro. Con esta acreditación y la seguridad de tener un buen producto, salimos a comercializarlo en estos tres canales”, cuenta Homps. ¿La inversión de esta primera etapa? $300.000.
