La tradición laboral y comercial de la familia Santiago comenzó por el postre. Oscar (padre) fue el primero en acercarse al mundo de los helados, en la legendaria marca Laponia. Años más tarde, su hijo (también llamado Oscar) quiso tener su propia heladería y en 1986 se puso a cargo de un local de helados artesanales en la capital cordobesa.
Hacia fines de los 90, Oscar (hijo) advirtió que eran muchas las heladerías que se iban extinguiendo y creyó que tal situación podría ser aprovechada para lanzarse con una jugada valiente. “El mercado de los helados en Argentina presentaba escaso desarrollo respecto a otros países. El consumo anual per cápita se encontraba en los 3,5 kilos al año, versus 24 en los Estados Unidos y 20 en Nueva Zelanda, por tomar dos casos”, dice Sebastián Santiago, director Comercial de la marca Grido e hijo del Oscar emprendedor.
“Atribuimos como causas principales el costo elevado que tenía el helado y opciones económicas de baja calidad, pero además ocasiones de consumo limitadas, ya que las heladerías permanecían abiertas sólo por el verano, había una escasa variedad de opciones y la cultura del helado estaba asociada a salidas de fin de semana y era entendida como golosina en lugar de alimento”, completa.
Oscar y sus cuatro hijos, bajo el paraguas de Helacor S.A., fundaron en 2000 las marcas Grido y Vía Bana, que comercializaron a través de una red de 10 franquicias. Aquella red pasó a contar 300 locales cinco años más tarde, lo que obligó a instalar una nueva planta en el Parque Industrial Ferreyra para llevar la producción a 7.000 litros por hora.
“Grido continúa siendo una empresa con fuertes valores familiares, dirigida por dos generaciones de la familia Santiago, y en la actualidad emplea en su fábrica a más de 500 personas”, cuenta Sebastián. Pese a ello, la firma se encuentra en un proceso de profesionalización que tiene por objetivo lograr la optimización de la gestión de todas sus áreas. “Dicha profesionalización alimenta el know how de la marca, que se retroalimenta con sus más de 700 franquiciados, para optimizar también la gestión de las franquicias”.
2007 arribó a los mercados de Buenos Aires y Chile, y en 2010, a partir de una nueva inversión en tecnología, la empresa familiar incorporó algo inédito en la Argentina: un túnel de frío que hizo posible ampliar aún más la capacidad productiva y dio paso a la apertura de 4 centros de distribución.
La marca Grido está presente hoy en Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay, con más de 1350 franquicias, cuyo costo de adquisición parte de los $ 600.000, que incluye la instalación total del local más el stock completo de mercadería inicial.
Pero la novedad de Grido se llama Frizzio, la marca de pizzas congeladas que se está presentando en el mercado, que utiliza como canal comercial su enorme red de franquicias, aprovecha de la cadena de frío y su sistema de deliverys y, además, se complementa a la perfección con el helado.
“Tras el desarrollo logrado en estructura y gestión, la empresa se trazó el objetivo de ofrecer soluciones integrales para las ocasiones de almuerzo y cena, y así nació la necesidad de diversificar la oferta. El mercado de los congelados fue la opción analizada y la pizza, el producto elegido por su complementariedad con el helado”.
El experimento piloto comenzó en 10 locales de Córdoba y su meta era alcanzar la venta de 350 pizzas al mes por cada franquicia. El resultado superó las expectativas con 750 unidades, luego de seis meses de prueba. Hacia el mes de junio de 2015, el nuevo negocio representaba el 15% de la facturación que antes provenía de la venta de helados y se estima que se duplicará en el plazo de un año.
Por el momento, el producto Frizzio se ofrece en una única variedad, de muzzarella, que representa un consumo aproximado del 75% de las pizzas, y las franquicias de la marca Grido serán su canal comercial exclusivo. “Es un producto más para el franquiciado, destinado a fortalecer su negocio e incrementar su rentabilidad”, completa su gerente Comercial.