Antes,en junio 2012, los miembros de la Asamblea General de Naciones Unidas iniciaron en Rio un proceso para acordar un conjunto de metas de desarrollo sustentable
¿Qué quiere decir esto? ¿Qué va a cambiar? ¿Significará alguna diferencia? Aquí hay algunas de las cosas que Homi Kharas, subdirector de la Brookings Institution, recogió de conversaciones con diversas personalidades en los últimos días.
El ex presidente Bill Clinton expresó que para él “una comunidad creativa es mucho más importnte que un individuo brillante.” Dijo que la agenda 2030 es un ejercicio de colaboración y acción colectiva basadas en la idea de que los grandes logros son posibles cuando se reúnen grupos diferentes. Lo que es nuevo hoy es que los líderes de las empresas más grandes del mundo están comenzando a tomar en serio la agenda 2030, tanto los que producen cosas como los que asignan los miles de millones de dólares de ahorros privados a esas compañías.
Un colega de la Brookings Institution dijo: “Hace 15 años nadie pensaba en China. Pero entre los años 2000 y 2005, los CEO de todas las grandes empresas tuvieron que incluir a ese país en sus agendas y competir entre sí por las oportunidades que les presentaba el crecimiento de China. Kharas, con una cuota de escepticismo, se pregunta si en cinco años más estaremos diciendo que la gran mayoría de las empresas han desarrollado estrategias de sustentabilidad y han reducido los riesgos que generan esas estrategias.
Ban-Ki Moon, Secretario General de la ONU, presentó la agenda 2030 como “universal, transformadora e integrada”. Al enmarcar los temas de acabar con la pobreza, crear prosperidad compartida y contener el cambio climático como cosas intercomunicadas, inauguró un nuevo estándar para las responsabilidades que se esperan de los líderes de todo gobierno y organización.
“La ley y la justicia son fundamentales para lograr fraternidad universal. Ningún ser humano ni grupos de personas pueden considerarse omnipotentes o más importantes que otros.” El Papa Francisco abrió la sesión de la Asamblea General y su mensaje de inclusión y de búsqueda de valores espirituales junto a valores materiales fue acompañado de una advertencia contra la codicia empresaria. Subrayó la necesidad de reducir la inequidad y de poner más atención en la justicia y en los derechos de las personas. Un colega dijo: “nos preocupamos mucho por los costos de la inclusión, pero nunca hemos pensado en serio en los costos de la exclusión”. Esto ahora va a cambiar”.
No hay prioridades
Los escépticos, dice Kharan, seguramente seguirán diciendo que hay demasiado objetivos y metas. El esfuerzo por incluir todo, dicen, significa que en realidad nada queda excluido, y entonces no se fijan prioridades. Al tener suficientes metas que reflejen diferentes aspectos del desarrollo, los países no pueden jugar con el sistema. Crecimiento sin reducción de la inequidad no va a contar como éxito. El desarrollo construido sobre degradación ambiental, exclusión social o abuso de derechos y libertades individuales no se tendrá en cuenta en la agenda 2030.
“Prometemos no dejar atrás a nadie.” Seis palabras, pero un mensaje poderoso y transformador en el documento 2030. Cambiar y pasar a observar mejoras a nivel de los individuos en lugar de países tiene profundas consecuencias que apenas comenzamos a comprender. Hay que tratar con personas, no con estadísticas.
“Avizoramos un mundo donde el derecho a los datos esté a disposición de las personas adecuadas en el momento adecuado y en formas adecuadas para ayudarlas a tomar decisiones adecuadas para lograr desarrollo sustentable.” Esa es la visión del nuevo Global Partnership for Sustainable Development Data. Cualquiera que crea que no se van a lograr cambios o no ha estado prestando atención o no cree que los datos sean importantes para llevar adelante el desarrollo. Ya hay a disposición del público, gratuitamente, datos provenientes de satélites por valor de mucho más de $60 millones. Ya hay pilotos mapeando escuelas y otros servicios centrales. Los datos se están volviendo algo personal y cuando las cosas se vuelven personales, luego viene la acción, dicen.