¿Por qué un emprendedor debe tener un MBA?

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Defienden sus proyectos con uñas y dientes pero les falta capacitación clave para hacer crecer el negocio, más allá de las ganas. Por Manuel Sbdar (*)

Llega muy temprano a la oficina, lee mails, prepara un café, habla con su equipo y analiza la evolución del nuevo desarrollo. Recibe las justificaciones del retraso y el aumento del presupuesto. No lo aprueba, discute, se enoja. Pide mayor esfuerzo, mayor compromiso. Vuelve a su oficina, llama por teléfono a su cliente, intenta justificar el retraso en la entrega del producto vendido. El cliente cancela el pedido, pero le argumenta, explica y deja abierta una posibilidad de reconsideración. Sale rápidamente hacia el banco. Habla con el oficial de cuenta, pero no logra
el aumento pretendido de la línea de crédito. Los balances no lo avalan y por “riesgo crediticio” se lo rechaza.  Regresa a su oficina, llama a ese conocido que conoce a un prestamista. Le pide un adelanto, escucha inmóvil la tasa de interés que le podará casi el 30% del valor de cada cheque. Lo
acepta. Llama de nuevo al cliente, consigue una reunión para el día siguiente. Intenta escribir ese plan de negocios que se prometió terminar hace ya varios meses. Se queda, con la mirada perdida, pensando. Le va a poner el cuerpo. Sabe que ese cliente puede dar marcha atrás en la decisión
de reemplazarlo por otro proveedor. Es un emprendedor y va a defender su emprendimiento con uñas y dientes.

Hacer nacer un emprendimiento no es tarea fácil. Los emprendedores se levantan cada día con tanto entusiasmo que son capaces de superar cualquier dificultad que se les interponga. Sin embargo, en un momento las fuerzas comienzan a flaquear: En Argentina, por cada emprendedor exitoso que sale en algún reportaje contando su increíble historia, hay diez que nunca lo
harán.

Entonces, ¿Por qué hay pequeños empresarios que fracasan? El emprendedor es un *animal* muy especial. En general, carece de recursos, de tiempo y de paciencia y fija sus prioridades en función de lo más urgente y no de lo más importante. Su lema es “lo quiero aquí y ahora”. Por eso, es poco
frecuente encontrarlo en un aula aprendiendo a emprender, y es mucho más difícil que invierta en conocimiento. Es que mucho antes prefiere comprar materias primas, pagar un sueldo o alquilar un nuevo local.

Para revertir esta temible realidad que sufre el emprendedor argentino, debe capacitarse, pero no con cualquier MBA, no un MBA tradicional, sino con programas académicos adaptados a la necesidad de los emprendedores y que no intenten cambiar su esencia.

Las escuelas de negocios no podrán aportar valor a la sociedad si, en sus aulas, pretenden hacer de estudiantes, empresarios, según asegura Henry Mintzberg en su célebre libro “Managers not MBA´S”. La idea central de su libro es que para poder generar managers es necesario formar personas que ya tengan, aunque sea mínima, alguna experiencia empresarial.

Las maestrías en Argentina han llevado al extremo el concepto criticado por Mintzberg. Es tan pequeño el mercado y son tan pocas las empresas que pueden financiar matrículas de valores inaccesibles, que las escuelas de negocios han tenido que poner la mirada en quienes desean más el título que el conocimiento.

Con todo esto, ¿Cómo debe ser un MBA para emprendedores? No debe apuntar a que el emprendedor estudie. No, debe ser un MBA para que un emprendedor emprenda. La diferencia no es trivial: El desafío es guiar en un mismo espacio y tiempo a emprendedores para que cada uno sea un caso y no un número, y bajo la atenta mirada de profesores idóneos y con capacidad
práctica para ayudar a atravesar un camino aprendiendo y emprendiendo simultáneamente. El desafío es transformar una idea en un negocio.

Otra clave del éxito es la selección mutua, ya que no todo MBA es para todo participante ni todo participante, para todo MBA. Cada emprendedor debe ser seleccionado con un sistema riguroso que evalúe el potencial de su proyecto. Pero, al mismo tiempo, el emprendedor debe evaluar qué le ofrece ese MBA: un título o una empresa en funcionamiento. Y optará por esta última opción ya que todo pequeño empresario es un animal emprendedor, y querrá ver andar a su empresa. y por mucho tiempo.

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