lunes, 23 de diciembre de 2024

Miro la TV y la TV me mira

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La Internet de las Cosas siempre ha sido un tema  que genera muchas preguntas si a uno le preocupa la seguridad o la privacidad, pero esta semana se  descubrió que Vizio, fabricante de televisores, espiaba a sus usuarios si advertirles y luego venía datos.

En un anuncio de la Federal Trade Commission, la compañía fue encontrada culpable de haber espiado secretamente a sus usuarios durante más de dos años. Desde 2014, automáticamente monitoreaba sus televisores sin siquiera  advertir a los consumidores y hasta actualizaba, también secretamente, los televisores más antiguos para incluirles el software de monitoreo sin ninguna notificación.

Es algo desestabilizante darse cuenta de que nos espían: Vizio recolectaba píxeles cada segundo para determinar qué contenido había en la pantalla: shows de televisión, películas y hasta publicidades. También de cualquier dispositivo conectado al televisor. Vizio robaba 100.000 millones de datos y luego los monetizaba.

Es con este tipo de cosas que uno comienza a asustarse de todo lo que se hace posible con la Internet de las cosas. Vizio vendía esos datos con información identificatoria a una serie de compañías  que luego los comparaban con personas reales obteniendo de todo menos el nombre. Esos terceros podían así calcular edad, ingreso, estado civil, tamaño de la familia y muchas cosas más. Después, les era posible monitorear a esa gente a través de varios dispositivos.

La demanda de la FTC dice que el monitoreo estaba escondido detrás de una característica llamada “interactividad inteligente” que aunque anunciaba sugerencias, no decía explícitamente que estaba vigilando al usuario para conocer sus hábitos.

La buena noticia es que la compañía fue multada por hacer esto y se le ha prohibido vigilar a los usuarios. La mala, es que la multa ascienda apenas a US$ 2.200 millones, aunque ganó muchísimo mas vendiendo datos personales.

Esto es, tal vez, un buen ejemplo de un producto que hace cosas indebidas por detrás y luego lo pescan con las manos en la masa tratando de ocultarlo. ¿Quién puede estar seguro de que no hay otros haciendo  cosas parecidas?

Uno sabe que con productos IoT pierde cierto nivel de privacidad a cambio de conveniencia. Pero lo más lógico es que se nos advierta primero. Con tantos dispositivos apareciendo en el mercado todos los días, pronto nos van a poder vigilar desde el momento en que nos despertamos hasta el final del día. Y así, nos mandarán publicidad. 

 

 

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