Uno de los factores que más contribuyen a esta pérdida de visibilidad y la bien intencionada tendencia a reemplazar las luces tradicionales que4 consumen mucha energía con luces LED, más brillantes y que consumen muchísima menos energía. La International Dark-Sky Association (IDA), una organización sin fines de lucro con sede en Estados Unidos que intenta preservar y proteger el entorno nocturno mediante una iluminación responsable de exteriores dice que la tendencia a abandonar las lámparas amarillas, de sodio para reemplazarlas con las blanco-azuladas de amplio espectro LED causa problemas.
“La sostenida conversión en todo el mundo a la iluminación blanca LED, especialmente para las calles, es el mayor problema que hemos afrontado en los 27 años de existencia de la Dark Sky Association,” dice John Barentine, gerente de proyectos de la IDA. “Esto nos coloca ahora en la incómoda posición de oponernos a una flamante tecnología de iluminación que promete reducir notablemente el uso de electricidad y ahorros de costos. Pero esta nueva tecnología también trae consigo el potencial de hacer más aguda la polución lumínica aunque tenga la protección adecuada”.
El problema es que el fuerte contenido azul de la luz blanca en instalaciones municipales se desparrama mucho más a través de la atmósfera de la tierra en comparación con otros colores.
Varios estudios, además de fotos tomadas por astronautas en la International Space Station, confirman que el resplandor del cielo es resultado de la dispersión de la luz proveniente del alumbrado de las calles y edificios. Barentine también dice que los modelos computarizados sugieren que “cuando se los compara con la misma producción total de luz, con los sistemas de iluminación de ciudades a luces blancas LED tiene el potencial de aumentar en forma significativa el resplandor del cielo sobre las ciudades”
Otros estudios muestran que las fuentes lumínicas blanco azuladas tienen impacto negativo ambiental y de salud. Aumentan el brillo creando posibles problemas de seguridad para conductores y peatones y que la iluminación artificial excesiva altera los patrones de conducta y de reproducción de los animales nocturnos.