Si se envuelve un cierto tipo de bacteria con nanopaneles solares, se puede lograr que genere biocombustible, plásticos y otros productos a partir de luz solar, dióxido de carbono y agua. El proceso tiene 80% de eficiencia y supera a la fotosíntesis natural además de arrojar cero desperdicio.
La fotosíntesis, o la forma en que las plantes convierten en oxígeno el dióxido de carbono, es vital para la vida en la Tierra, pero no es un proceso muy eficiente. Un grupo de científicos de la Universidad de Berkeley enseñó a algunas bacterias elegidas a cubrir su propio cuerpo con nanocristales que funcionan como diminutos paneles solares que capturan más energía que las plantas. Las bacterias terminaron teniendo una eficiencia de 80% comparado con algo así como 2% de las plantas. Esta forma de fotosíntesis artificial es un gran paso Adelante hacia el desarrollo de combustibles eficientes que generan energía renovable usando la luz solar.
Los científicos usaron una bacteria que se da naturalmente llamada Moorella thermoacetica. Normalmente esta bacteria usa dióxido de carbono para producir ácido acético, que luego puede ser convertido en combustibles y plásticos. Para hacerlas más eficientes, los investigadores alimentaron primero las bacterias con un químico llamado cadmio y un compuesto llamado cystino. Las bacterias los sintetizaron en nanopartículas con las que luego cubrieron sus cuerpos. De modo que el nuevo organismo híbrido produjo no sólo ácido acético sino también agua y luz. Esto hizo el proceso mucho más eficiente,, mucho más que la fotosíntesis natural. Además, creo cero desperdicio.
Este descubrimiento todavía no está listo para comercializarse pero tiene mucho potencial. Tal vez un día una bacteria cyborg ayude a liberar al mundo de los combustibles fósiles.